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viernes, mayo 2, 2025

INSEGURIDAD Y PACIFICACIÓN

teodorobarajas

La causa última de la política concebida por los antiguos griegos fue el bien común, es decir la felicidad de la sociedad, por ello deliberaban y definían un sistema cabal de mediaciones para la solución de conflictos, dichas acciones sucedían en la Atenas de hace más de 25 siglos. Actualmente la búsqueda del bien común parece más bien una aspiración que pudiera terminar en una evidente utopía, la inseguridad se ha disparado, la impunidad está omnipresente y no podrá haber paz sin justicia.

Contamos con numerosas legislaciones vigentes, más las que se puedan crear, no obstante el estado de derecho se desdibuja, en los días pasados se registraron masacres en diferentes puntos del hemisferio mexicano, matanzas que evidencian las estampas cruentas en un tiempo particularmente oscuro en el que prevalece la pandemia por covid con la incertidumbre derivada de la inseguridad. El déficit en materia de justicia es indiscutible.

La clase política nos obsequia crónicas descriptivas de su praxis secuestrada por la polarización, los adjetivos son numerosos, su reserva cultural es mínima y todo ello contribuye a la degradación, a socavar la democracia que no es concebible sin el valor de la tolerancia. El debate de las ideas es imprescindible, los exabruptos solo generan un mayor encono.  

Mientras los políticos tradicionales mantienen en lo alto la bandera de la diatriba, en nuestro país se genera más violencia que ya se ha convertido en epidemia, las autoridades son peligrosamente rebasadas y no hay blindaje para dichos efectos corrosivos que sufren grandes franjas de la población.

La frivolidad no es la receta para alcanzar la pacificación, el pensar a corto plazo tampoco, algunos cuadros de diferentes partidos tienen su mente y su trabajo con miras a los próximos comicios, aunque la actualidad demanda otra responsabilidad que invoca la empatía y sensibilidad para atender las contingencias cotidianas.

En algún momento se extravió el auténtico debate de las ideas, comparar proyectos de país y discutir las diferencias en un marco de civilidad, hoy lo que impera está lejos de contribuir a favor de la certidumbre.

La inseguridad no se combate con demagogia ni con anuncios, se ocupa de auténticas políticas públicas, voluntad política y determinación porque va de por medio la gobernabilidad, es urgente la recuperación de los espacios públicos, brindar opciones que faciliten el acceso al arte y la cultura; en síntesis se necesita el retorno a lo sensible que edifica.

Pareciera que la clase política va en sentido contrario al bien colectivo, los intereses de grupo, el comportamiento faccioso y la mezquindad se hacen evidentes de manera cotidiana, México no es un partido político, cabe la diversidad porque no vivimos bajo el signo monolítico, es tiempo de fortalecer la democracia con todo lo que ello significa.

Se necesita hacer más y mejor política, nuestro país necesita con urgencia la pacificación para crear condiciones diferentes que sean motivos de una mejor realidad que no sea sacudida por la violencia y los coletazos del monstruo de la inseguridad, la incertidumbre en la sociedad provoca miedo porque es veneno.

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