No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor; lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta
Mafalda
Sólo un neófito no vislumbró desde hace casi tres años que Alfonso Martínez se trazó el plan de llegar a ser gobernador de la entidad.
Para ello, le quedó claro que jamás lo lograría por la vía de su partido de toda la vida, el PAN, porque éste desde hace algunos años es propiedad exclusiva de Marko Cortés, su histórico adversario en las filas azules. Con audacia, Martínez decidió retar a su partido, salir de él y enfundarse la camiseta de los aspirantes ciudadanos, aprovechando que recién la figura había quedado incorporada a la ley.
Entendió la ola anti partidos y se subió a ella, si bien su renuncia al PAN apenas tenía unos pocos meses, los mismos que, empero, le fueron suficientes para acendrar una imagen independentista y ganar la alcaldía capitalina en 2015, con más holgura de la que hubiera sido previsible. Capitalizó la ira ciudadana hacia los partidos.
Ya en el poder, se ha afectado y se ha beneficiado del ejercicio del mismo: igual se ha desgastado por las deficiencias de algunos de sus colaboradores y por la ausencia de respaldos por ejemplo en el Congreso del Estado, que se ha beneficiado del hecho de no estar en deuda política con nadie, no al menos con figuras visibles en este momento.
Los tiempos y las coyunturas le han sonreído: cuando le fueron cerradas las puertas en el PAN, justo se inauguraba la posibilidad legal de las candidaturas independientes; y al ganar la alcaldía se estrenaba el escenario de las posibles reelecciones, que obviamente es a donde en este momento tiene puesta la mira, con los pros y contras que da el ejercicio del poder.
Así, hoy su objetivo es reelegirse en la alcaldía el próximo año. Deberá ajustar algunos nombres y decisiones, porque claramente en lontananza ve el Solio de Ocampo.
Pero por lo pronto volver a ganar la alcaldía en 2018 puede incluso ser más complicado que en 2015, pese al capital político que ya forjó en esa posición de enorme contacto social. Y puede ser más complicado, porque en 2015 sacó raja de que priístas y panistas lo ningunearan y, en tanto independiente, no le dieran ninguna oportunidad. Hoy tricolores y azules saben que si en aquella ocasión les dejó silbando en la lona, ahora es el enemigo a vencer y enfocarán sus baterías en su contra.
Quienes siempre pugnamos por las candidaturas independientes y por la reelección, entendimos que la principal fortaleza de esas figuras legales, radicaba en que los servidores públicos electos estaban doblemente obligados a entregar buenas cuentas si pretendían reelegirse. Si no, todo intento en ese sentido sería en vano.
Habrá que ver qué tanto el alcalde moreliano ha ubicado el lugar en el que está parado. La clave para él radica en saber fortalecer los programas y los personajes que le han dado resultado, y cambiar en donde el saldo sea negativo. Tiene de todo. Como sea, es claro que el perfil de independiente aun da mucho en México, pero debe corresponderse con eficacia y gobiernos diferentes. Veremos. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>
