La esperanza es un buen desayuno, pero una mala cena
Francis Bacon (1561-1626). Filósofo y político inglés
El tema universitario ha polarizado, más aún, a las bancadas al interior del Congreso del Estado.
En efecto, entre otros varios temas que de manera natural y sistemática suelen confrontar a los diputados, hoy el de moda es la disyuntiva de qué hacer con el “caso Universidad Michoacana”.
Por una parte, está la postura de que es ya urgente asumir el problema del ahogo financiero de la institución, para lo cual debería iniciar el proceso de conformación de una iniciativa que desemboque en una nueva Ley Orgánica, más que una reforma a la misma, que contemple un cambio radical, de ciento ochenta grados, en las estructuras financieras y administrativas de la Universidad, desde el cambio del régimen de los trabajadores para que comiencen a aportar parte de su sueldo al Fondo de Jubilaciones y Pensiones, hasta un ajuste de la estructura burocrática y tabuladores salariales, hasta la vigencia o no de las Casas de Estudiantes, entre otros varios rubros más.
En esta lógica parece ir la bancada perredista.
Y por el otro lado, está la postura de que el Congreso no debe entrarle al espinoso tema, y empujar porque todo se resuelva al interior de la Universidad, bajo el argumento de que deben respetar su autonomía y de que no toda la solución estriba en dinero, dando a entender que lo que ha faltado es voluntad para ventilar internamente la problemática. Cierto, no todo es dinero, pero sin éste es imposible avanzar.
Parece ser esta la posición priísta, que va más por la comodina postura de dejar hacer y dejar pasar, a fin de que los diputados no corran el riesgo de “ensuciarse” en una reforma tan delicada como la universitaria, máxime que muchos de ellos tienen en la mira la reelección o bien otras posiciones para el 2018, y por supuesto suponen que abordar tal tópico les puede resultar contraproducente en términos de imagen.
Como sea, pues, antes de fin de año los diputados deberán decidir cuál camino seguir: si el de la apatía y el peligroso desinterés por el tema universitario, o el de entrarle abierta y francamente al mismo. La lógica, si nos atenemos al mandato constitucional que tienen, debiera ir por la segunda vía. Pero si nos basamos en la lógica política, seguro irá por soslayar el conflicto. Veremos.