Calumnia, calumnia, que algo quedará
Voltaire (1694-1784). Filósofo francés
La buena: Michoacán vuelve a estar en el ranking de los estados a los que la Federación envía recursos financieros para seguridad pública.
La mala: que no hay nadie en la cárcel por el desvío de quinientos millones de pesos, enviados también por la Federación pero que al llegar a Michoacán simplemente se volvieron ojo de hormiga, hecho que provocó el castigo federal que ahora se levanta.
Doña Lilia Cipriano Ista, secretaria Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, dio a conocer este martes a reporteros que la Federación retiró el castigo que mantuvo vigente sobre Michoacán, luego de que en los gobiernos estatales anteriores al de Silvano Aureoles se acreditó el desfalco de la friolera de quinientos millones de pesos. De acuerdo con la normatividad del Sistema Nacional de Seguridad Pública, cuando una entidad no acredita el correcto manejo de los recursos financieros simplemente se le dejan de canalizar. De ahí el castigo para Michoacán.
El problema es que durante los últimos años no hubo ningún tipo de recursos para apoyar las tareas contra la inseguridad en Michoacán, por tal sanción.
En hora buena, pues, por la reanudación de la canalización de recursos a Michoacán. Hasta ahí todo bien. Pero queda un pésimo saber de boca aún: ¿y los responsables de ese desfalco, dónde están, quiénes son?
En efecto, el superar el castigo no puede implicar para el gobierno de Silvano Aureoles olvidar su obligación de indagar quién o quiénes fueron los autores del desfalco y, sobre todo, de llevar a éstos a la cárcel.
De lo contrario, el sentimiento de impunidad también se adueñará también de este programa. Se fortalecerá la tesis de muchos delincuentes disfrazados de políticos o servidores públicos, de que no pasa nada si se roban el dinero oficial, porque, en efecto, no pasa nada.
Es deseable que así como se gestionó la reanudación del envío de recursos federales para el combate a la inseguridad en Michoacán, haya el compromiso de castigar a los responsables del desfalco de quinientos millones de pesos. Si no, la buena noticia no evitará el sentimiento de frustración e indignación que prevalece al comprobar que el “no pasa nada” sigue imperando en Michoacán. Veremos.