MALHADADA ELECCIÓN JUDICIAL
Para la elección federal, del 2024, el padrón electoral mexicano tuvo 101.539.216 ciudadanos registrados.
Salieron a votar en esas elecciones 60,115.184 electores.
No fueron a votar en esa elección 41,424.032 mexicanos en edad de hacerlo.
Claudia Sheinbaum obtuvo para llegar a la presidencia de México 35,924.519 votos.
Los que votaron en esa elección federal del 2024, pero no por Sheinbaum, fueron 24,190 665.
Así que, en números cerrados, si Sheinbaum obtuvo 35 millones de votos, 65 millones de mexicanos no sufragaron por ella.
La población quedó con la idea de que no ganó Sheinbaum, sino de que hubo un gran fraude narco electoral, quirúrgicamente bien realizado.
Todos estos datos matemáticos, a que me he referido, provienen del INE, pero fueron producto de una impúdica y garrafal estafa manipulada personalmente por el autócrata Andrés Manuel López Obrador, terco impulsor a su “corcholata” preferida: Claudia Sheinbaum.
Ya como presidente, Sheinbaum ha obedecido lacayunamente las disposiciones de su amo López, y logró demoler al Poder Judicial Federal, institución que fue vigilante de que no hubiera actos de autoridad que violaran derechos humanos garantizados por nuestra Carta Magna, a través de nuestro juicio de amparo, con sus suspensiones provisionales y definitivas de los actos de autoridad reclamados, como una protección eficaz para todo quejoso.
Sheinbaum proclamó, mintiendo, que el Poder Judicial Federal era corrupto y tenía nepotismo, cuando en la realidad, sin ser perfecto este poder, hay mil veces más corrupción y nepotismo en el poder ejecutivo y en el poder legislativo, federales, que en el judicial.
Con inaudita torpeza, la presidente Sheinbaum organizó que los ministros, magistrados y jueces sean electos directamente por la ciudadanía, lo que es un equívoco brutal, ya que la naturaleza jurídica de un juzgador es totalmente opuesta a un político que compite para ganar elecciones con votos ciudadanos.
Por ende, Sheinbaum y sus paleros convocaron a elecciones de ministros, magistrados y jueces federales, para este 1 de junio 2025, y ellos mismos se enredaron en la preparación del evento.
El costo de la elección para el gobierno es de más 40 mil millones de pesos. Cada candidato puede gastar en su campaña un cuarto de millón de pesos, inversión de la que se repondrá cuando ejerza el cargo. La elección será de 881 cargos judiciales. La mayoría de los candidatos salieron a campaña como merolicos y/o payasos. Los cárteles del narcotráfico sostienen candidaturas para todos los cargos; los partidos políticos apoyan a sus prospectos. Las “corcholatas” del amo López (Claudia, Adán, Monreal, Noroña, Ebrard) apuntalan a sus postulantes.
Pero los mexicanos han decidido no ir a votar; para no convalidar esa farsa.
Y eso preocupa al gobierno, pues cuida las apariencias.
Esta elección de jueces en todos sus grados jurisdiccionales es sui géneris, desaseada, chistosa, rara, sucia, y refleja lo más podrido de nuestro actual gobierno.
Todavía no se vota, y las corcholatas ya saben quiénes serán ministros, magistrados y jueces.
La corcholata mayor, Sheinbaum, es la jefa, y/o la dueña, del INE, del TRIFE, de las boletas, de los observadores, de los marcadores, de las casillas, del personal que estará en estas casillas, de quienes contarán los votos, de la tómbola, de las normas que rigen todo este asqueroso proceso; y, al final, ella es propietaria de los resultados.
Esta malhadada elección judicial es una grosería para el pueblo de México.
Es tiempo de protestar, no de votar.
Protesta, protesta, protesta, a tu estilo, conforme a tus circunstancias y posibilidades, pero protesta.
Reprobado está ese cártel de corcholatas, y sus malignas elecciones.