Los votos deberían pesarse, no contarse
Friedrich von Schiller (1759-1805). Poeta alemán
Si bien tiene razón el presidente estatal del PAN, José Manuel Hinojosa Pérez, al advertir que lo ideal sería que Luisa María Calderón renunciara a su espacio en el Senado para buscar la candidatura independiente a una diputación federal por Morelia, es incongruente al mismo tiempo porque se trata de un problema generalizado de la clase política, el de no separarse de un cargo cuando se está a la búsqueda de otro.
Hinojosa fustiga que Cocoa debe renunciar al Senado si quiere ser candidata a diputada federal, para no utilizar recursos públicos en ese objetivo político, y en estricto sentido, tiene razón el líder panista.
El problema es que en el PAN mismo y por supuesto en todos los partidos, el fenómeno es exactamente el mismo. En el azul, por ejemplo y siguiendo el planteamiento de Hinojosa, éste debiera exigirle a su jefe Marko Cortés que también renuncie a su curul en San Lázaro, ahora que ha anunciado que tiene interés en contender por una Senaduría.
Lo mismo a Carlos Quintana, a Miguel Ángel Villegas en el mismo PAN, y desde luego a todos aquellos que en su partido aliado, el PRD, andan por las mismas. Y, claro, a todos aquellos que cojean del mismo pie en los demás partidos.
Es decir, siendo válida la posición de Hinojosa en lo teórico, su posición se vuelve inmoral y oportunista, al sólo ceñirse al caso de Calderón Hinojosa, como cobro de facturas personales y políticas que buscan de ella y de su familia, Ricardo Anaya y Marko Cortés, fenómeno que los panistas michoacanos sólo se limitan a tomar como propio.
A Hinojosa Pérez habría que recordarle que hay que predicar con el ejemplo, y así sí tendría plena sensatez su posición crítica a Luisa María Calderón.
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