La diferencia entre una democracia y una dictadura, consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes
Charles Bukowski (1920-1994). Escritor estadounidense
Ya se sabía que los maestros centistas que fueron detenidos el lunes en flagrancia del bloqueo de las vías del tren, saldrían libres sin mayor problema. Era previsible que así sucediera por dos razones fundamentales: porque ese delito no es grave y porque aún si lo fuera, el Estado Mexicano se encargaría de que no pisaran la cárcel. Son maestros, son centistas. Son inmunes a la aplicación de la justicia.
Por eso, muchos se cuestionan si vale la pena que el gobierno del estado siga implementando los operativos policiacos para liberar los bloqueos, porque eso solo exacerba los ánimos de la mafia centista.
Y sí, tienen razón. Por supuesto que la reacción airada de los “maestros” no se hace esperar una vez que se registra un operativo, y más, cuando son llevados a la cárcel, así sea momentáneamente. Empero, no es ningún descubrimiento decir que, de cualquier forma, con o sin operativos, con o sin detenciones, vaya, con o sin pago de bonos, las acciones desestabilizadoras de la Cnte siempre estarán a la orden del día, porque en su ADN está el caos y en época electoral, está el hacer el trabajo sucio al antisistema.
Por tanto, el gobierno no debe dar marcha atrás en dichos operativos, con todo y que sean reveses los que recibe, porque ciertamente a los centistas las detenciones parecen hacerles lo que el aire al Juárez. Más aún, parecen fortalecerles.
Pero peor sería si el gobierno ni siquiera hace lo que está a su alcance: levantar los bloqueos y llevarse detenidos a los delincuentes disfrazados de maestros, aunque barandilla sea como las puertas giratorias: tanto tardan en entrar, como en salir.
Si las leyes en este país no consideran como delito grave el portar un arma prohibida en la calle, menos lo van a ser con un bloqueo de vías férreas. En el marco legal mexicano, flexibilizado todavía más con el absurdo Nuevo Sistema de Justicia Penal, esos delitos son como juego de niños.
El gobierno estatal, insisto, debe mantener esos operativos anti bloqueos de la Cnte o de normalistas, por más desgastantes que puedan ser. Ni modo, el monstruo magisterial, como el crimen organizado, se hizo crecer bajo la certeza de que siempre se podría contener. Hoy, está claro que ni con uno ni con otro puede el Estado Mexicano. Al menos, debe hacerse lo poco que está al alcance. Es poco, pero peor es nada.