Los que hacen lo imposible la revolución pacífica, harán inevitable la revolución violenta
John F. Kennedy /1917-1963). Presidente de Estados Unidos
Todo mundo lo sabe, pero que lo diga un gobernador, siempre tendrá implicaciones especiales.
Se agradece sin duda la sinceridad de Silvano Aureoles, cuando este lunes en Palacio de gobierno, en el marco de su programa “Diálogos con Michoacán”, acaparó los reflectores al advertir, sin ambages, que el jefe de la Policía de Zamora “es un ex templario”, y que como él, hay otros mandos de seguridad en otros tantos municipios ligados al crimen organizado, de ahí la sospecha, abundó, de que “algunos alcaldes, en específico los de Morena”, no quieran firmar el convenio de mando unificado con la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
Y el titular de esa dependencia, Juan Bernardo Corona Martínez, dijo a reporteros que lo abordaron en ese mismo escenario, que “al menos cuatro o cinco” jefes policiales de municipios michoacanos, tienen algún nexo con la delincuencia.
En este espacio lo advertimos apenas la semana pasada: buena parte de los alcaldes, sobre todo los de la tierra caliente y los de la zona del bajío, que incluiría a Zamora, se niegan a firmar ese convenio policial con el Estado porque no pueden, así de fácil, no pueden porque llegaron al cargo con compromisos con los grupos criminales de sus regiones, cuyo primera y más importante exigencia, es manejar a la Policía local.
Es decir, se trata de un secreto a voces, y ahora desde luego lo relevante será lo que el propio Aureoles advirtió para rematar su comentario: se actuará “conforme a la ley en el caso del alcalde de Zamora, si es que éste no corrige esa situación”.
Lo dicho por Aureoles sin duda puso a temblar a más de uno de sus colaboradores, porque ciertamente no es lo políticamente correcto. Pero resulta que en temas de seguridad, nadie quiere un gobernador “políticamente correcto”, sino uno que exponga los hechos y, desde luego, que actúe.
Si el alcalde zamorano “no corrige esa situación”, la de tener un jefe de la Policía ligado al crimen organizado, se actuará conforme a derecho, advirtió Aureoles, y eso es por supuesto lo deseable, mejor dicho, lo exigible.
Es buen paso denunciar la realidad, desnudarla; el círculo virtuoso se completa con la actuación en consecuencia. Veremos.