Si el petróleo representa hoy un problema, esperemos a que pasen veinte años: será una pesadilla
Jeremy Rifkin (1945-?) Economista estadounidense
Alguien debe informarle a Andrés Manuel López Obrador que el petróleo se encuentra en su etapa final como el gran energético en el mundo. Las llamadas fuentes alternas tienen una tendencia que, afortunadamente, parece irreversible.
El presidente electo advirtió tajante este domingo en su estado, Tabasco, que “contra viento y marea” su gobierno construirá una nueva refinería en el municipio de Paraíso, de esa entidad, y que para ello invertirá la friolera de 160 mil millones de pesos, mismos que, dijo, ya están contemplados.
Por mero sentido común, ¿no sería más sensato invertir en esas fuentes alternas de generación de energía? El petróleo, auguran los expertos, no tiene más futuro que el 2025 y, en el mejor de los casos, 2029. Es decir, está en su ocaso.
Así las cosas, ¿cuál es el caso de invertir 160 mil millones de pesos en una industria que no tiene ya ningún futuro? Y más, que una refinería tarda en construirse unos cuatro años. Es decir, que para cuando se termine la de Paraíso, Tabasco, es muy probable que ya no vaya siquiera a entrar en operación, porque el mundo ya no estará usando petróleo.
Saquemos cuentas: la licitación para una obra de esa magnitud, es imposible que esté lista en menos de año y medio. Luego su construcción, si no presenta ningún retraso, no duraría menos de cuatro años. O sea que estaría lista, siendo optimistas, en 2024, y los expertos auguran que un año después ya casi nadie requerirá petróleo, porque las fuentes alternas estarán en todo su apogeo.
López Obrador advierte también este domingo que México ya no va a vender petróleo, sino que lo extraerá y guardará sólo para consumo nacional. En eso sí tiene razón, porque en 2025 ya no habrá interés de nadie por nuestro petróleo, por lo que podríamos ir previendo que el mundo avanzará al uso de fuentes no contaminantes y México será una isla donde vehículos e industria en general siga usando petróleo. Eso sí, lo tendremos bien guardadito, para que nadie nos lo robe.
AMLO debe enviarnos señales de que no es cierto que es un político extraviado en el tiempo, como muchos de sus detractores suponen. El problema es que con su política de ocurrencias, alimenta esas dudas. Por lo que nos ha dicho hasta ahora, en 2025 tendremos un aeropuerto capitalino tipo La Habana, en lugar de uno de los más modernos del mundo, como el que ya lleva un 30 por ciento de avance en Texcoco, y a la par, seguiremos usando gasolina para mover nuestros autos, cuando el mundo habrá girado a energías no contaminantes.
Sé que pocos, quizá nadie, de sus allegados son capaces de asumir la osadía de hacerle ver a López Obrador sus yerros, menos sus dislates, porque éste suele ser inflexible cuando ha tomado una decisión, así sea absurda, pero es deseable que alguien lo haga en este tema. El presidente electo está empeñado en probarnos que también para atrás hay cambio. Veremos. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>