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miércoles, mayo 14, 2025

MARKO, POR TODAS LAS CANICAS

 jaimelopezEn la guerra sólo te pueden matar una vez, pero en política muchas

Winston Churchill (1874-1965) Político británico

La casi segura victoria de Marko Cortés en la elección interna de panistas para renovar su dirigencia nacional, tendrá como fundamento la aniquilación absoluta de los principios doctrinarios del partido, reflejada en el pragmatismo que hoy inunda al panismo y la amnesia que igualmente le es característica.

Está claro que la doctrina es un ingrediente ajeno a la mayor parte de los panistas de la actual generación. Sólo así se explica la victoria de Cortés, el prototipo del neopanismo, el que ve de lejos la ideología original del partido y que es capaz de vender su alma al diablo si es preciso, con tal de conseguir los objetivos en mente.

De respetarse a sí mismo, el panismo habría electo a Manuel Gómez Morín, que encarna al modelo conceptual que dio surgimiento al partido.

El zamorano Marko Cortés, hábil como sin duda es, entendió desde un inicio el nuevo perfil del panismo nacional, porque él mismo lo representa. Es el mismo de Ricardo Anaya, sólo que éste desde julio está aniquilado de facto tras los resultados de su estrepitosa alianza con el PRD de Alejandra Barrales. Políticamente muerto Anaya, Cortés olió que era su momento y fingió incluso una ruptura con el queratano. Ruptura que, por supuesto, nadie se tragó, pero que le sirvió para hacerse pasar por un “independiente” y ajeno del anayismo.

Cortés, contrario a lo que muchos le endilgan, no es un traidor, jamás ha traicionado a Anaya. Es oportunista y la supuesta ruptura con Anaya fue, o es, a valores entendidos entre ambos. A final de cuentas, el ex candidato presidencial y hasta hace poco dueño absoluto del PAN, ya había perdido todo su capital y como de lo perdido, lo que aparezca, mejor que fuera Cortés, su hijo político, el que le sucediera, el que le “robara” el trono.

Eso no significa necesariamente que haya sido una estrategia orquestada conjuntamente por Cortés y Anaya, ni que éste vaya a ser el titiritero del michoacano. Para nada. Cortés ideó su propia estrategia, sabedor de que Anaya no tenía con qué chistar, demolido como estaba luego del fracaso electoral.

Cortés ya no necesita a Anaya y apunta a lo alto. En la cúpula panista, ya ni la gubernatura michoacana será su objetivo en 2021. Cuando mucho, acaso, un trampolín para la elección presidencial de 2024. No significa que necesariamente le alcanzará, pero de que esa es ahora su meta, doble contra sencillo a que así es. Si no, al tiempo. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

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