Cuanto más corrupto es el Estado, más leyes tiene
Tácito (55-120) Historiador romano
No es cuestión de preferencias o animadversiones, sino de sentido común, de lógica política y, sobre todo, de legalidad. Silvano Aureoles anuncia este lunes que interpondrá un recurso de controversia constitucional en contra de la designación de la llamada “Delegación Federal para Programas Prioritarios”. El recurso no es en contra del titular de dicha delegación, Roberto Pantoja Arzola, sino de la oficina como tal y, por ende, eso sí, de la figura de “delegado”.
El argumento silvanista es sencillo: no puede haber una autoridad paralela a la de un gobernador, y Aureoles infiere que Pantoja será, en los hechos, un gobernador “paralelo”. Juristas consultados por este reportero, si bien no se atreven a aventurar una resolución, por las complejidades políticas, más que jurídicas, sí coinciden en que es absolutamente viable que la demanda del gobernador michoacano encuentre cauce favorable, es decir, que proceda y el decreto presidencial que dio pie a la creación de la figura de los llamados “súper delegados”, sea echado abajo.
Precisan que el gran riesgo de que le Corte no avale la demanda de Aureoles, sería ante todo las presiones del gobierno federal o, incluso, que aunque nadie se los pida, obsequiosamente los ministros se decanten por el propio gobierno. Pero si la decisión judicial se basa exclusivamente en aristas legales, es muy posible la victoria silvanista.
Es entendible: si procede la querella que interpondrá Aureoles, lo más probable es que la mayor parte de sus homólogos los gobernadores secunden al michoacano, e igual busquen deshacerse de los incómodos “súper delegados”. No hay que olvidar que el bloque panista, algunos priístas y el jalisciense, ya habían expuesto su inconformidad por esa figura, aunque ninguno había ido del dicho al hecho; Aureoles es el pionero.
¿Qué arriesga el michoacano? Mucho, ciertamente. A querer o no está retando a un presidente fuerte y autoritario, incluso vengativo. Aureoles puede estar jugando a la ruleta rusa, pero para ser franco, es más digna esa posición, que por ejemplo la de El Bronco neolonés, que de férreo crítico amlista, hoy ha enseñado el cobre y prácticamente se ha entregado en los brazos presidenciales.
Las dos medidas “polémicas” de Aureoles en menos de una semana, la de regresar los servicios educativos a la Federación, y la de ir a la Corte por una controversia en contra de los “súper delegados”, la figura política insigne del presidente López Obrador, están ahí, en el ojo del huracán, pero hay que reconocer que ha sido el único con los pantalones para mantenerse firme en una posición que, en todo caso, no es nueva, siempre la planteó y la sigue respetando. De cualquier cosa podría cuestionársele a Aureoles, pero no de “zacatón” ni de incongruente. No sé si le alcance, el tiempo y la Corte dirán, pero mantiene su posición histórica. Veremos.
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