No desgasta el poder; lo que desgasta es no tenerlo
Giulio Andreotti (1919-2013) Político italiano
Como niños mal portados estarán este jueves los diputados y cabezas del morenismo michoacano ante la presidenta nacional Yeidckol Polevnsky, y no es para menos: su nivel de indisciplina ha llevado a que el partido se encuentre en absoluta crisis interna.
Embriagados de poder, con la soberbia a flor de piel, los morenistas michoacanos no dan una, van de yerro en yerro, sin liderazgos genuinos y sólidos, capaces de encauzar por la ruta civilizada las naturales diferencias en todo grupo político, más en uno de reciente creación y más en uno que repentinamente se encontró, sin hacer nada para lograrlo, con el poder en las manos.
El clímax de la sinrazón morenista llegó la semana pasada, si bien ya se cocinaba desde meses atrás: el proceso de designación del Fiscal General desnudó no sólo las impericias sino el salvajismo con el que no pocos liderazgos del partido se conducen.
Alfredo Ramírez Bedolla fue víctima del estilo rupestre de Cristina Portillo y Fermín Bernabé, y mandado al despeñadero mediante un auténtico golpe de estado, una asonada, apenas unas horas antes de la votación para elegir Fiscal, lo que evidentemente echó por tierra la supuesta estrategia de evitar que Adrián López Solís fuera designado para el cargo, como finalmente sucedió.
La votación del domingo produjo también, de facto, el rompimiento de Morena con la bancada del Partido del Trabajo e incluso con los tres diputados que recién abandonaron al PRD y que se sumarían, convenencieramente, a la cuarta transformación, la misma que, al menos a nivel estatal, está en entredicho ahora.
Luego vino la descalificación de Sergio Pimentel, el dirigente estatal del partido, hacia la pretensión de Portillo y Bernabé de llevar a tribunales la designación de López Solís, así como la advertencia de que el coordinador de la bancada seguía siendo Ramírez Bedolla.
Y, en consecuencia, luego el revire de la diputada, desconociendo también a Pimentel.
En ese estado de descomposición llegarán los morenistas michoacanos a su cita con la inquisición personificada en Polevnsky, el jueves en la Ciudad de México. Pero no es razonable pensar que las cosas vayan a componerse mucho. Podrá la lideresa nacional dar los manotazos que quiera, endilgarles el regaño que considere necesario, y tomar las medidas que crea convenientes, pero éstas serán sólo temporales para salir del paso. En el fondo, nada cambiará, el salvajismo y la rudeza con que se conducen los señores de Morena, no es artificial ni adquirido, es natural, forma parte de su ADN. Cualquier intento por imponer la civilidad, es tiempo perdido. Veremos.
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