El triunfo político es la suma del sentido común y la capacidad de liderazgo
Enrique Tierno Galván (1918-1986) Político español
A fines del año anterior, Pascual Sigala se presentó, fuera de agenda, en Casa de Gobierno, para hablar con su jefe y amigo Silvano Aureoles: los resultados confirmados de un examen médico no eran en absoluto favorables, todo lo contrario, eran desalentadores en extremo.
-Mejor te presento mi renuncia, Silvano, para poder atenderme-
Consternado, el gobernador le ofreció a su amigo de mocedades y fiel aliado político, estirar la liga hasta donde éste mismo considerara prudente: atender su problema de salud y hacerlo sin descuidar la Secretaría de Gobierno.
Sí, complicado, pero Aureoles confió en la capacidad de delegación de funciones y en el sentido de responsabilidad de su amigo, para llevar esa confianza hasta donde sensatamente se pudiera.
El momento llegó y el anterior fin de semana Sigala se volvió a presentar en Casa de Gobierno:
-Llegó el momento, ahora sí no puedo seguir adelante con mi tratamiento, sin descuidar la oficina; debo enfocarme en mi salud y tú debes tener a alguien de tiempo completo en la Secretaría. Gracias Silvano-
Aureoles asintió. Un abrazo selló el acuerdo de amigos.
Sigala se va en medio de una turbulencia, ¿pero en qué momento Michoacán no es una turbulencia? Habrá que reconocer su decisión de no aferrarse a una posición de poder aprovechando su amistad con el gobernador.
Sus opositores le reconocen apertura al diálogo sin límites, y el cumplimiento de los acuerdos pactados. En el gabinete le aceptaron siempre como jefe fáctico, por su eficacia y capacidad de organización, de dirimir enconos y de corregir debilidades y potenciar virtudes. No fue afecto, pese a esa posición, a los reflectores, optó más bien por la discreción, pero cuando fue necesario, no evadió nunca a los medios para fijar posturas a nombre del gobierno.
Sin duda, en el proyecto original del silvanismo era uno de los tres más fuertes prospectos para el 2021. El proyecto se ha alterado, primero por la nueva realidad política del país y del estado y, en su caso, porque su salud le ha jugado una mala pasada.
Aureoles se ha quedado sin otro de sus tres grandes amigos en el gobierno: antes de Sigala, Adrián López Solís ya había renunciado y es ahora Fiscal. En su administración, al gobernador le queda Carlos Maldonado Mendoza. Hablo de amigos de juventud, porque también es cierto que otros en el camino se han ido incorporando al círculo de primer orden de confianzas del mandatario, como Julieta López, Erik López o Antonio Soto.
Espero, sinceramente, que Sigala se recupere.
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