Ya no tienen bolsas para empacar
Con las disposiciones ambientales que se han incorporado en el municipio, los niños y ancianos que trabajan como “cerillos” (empacadores en los supermercados) se quedaron sin bolsas de plástico para guardar.
Debido a que quedaron suprimidas los cerillos nada más acomodan la mercancía para que los clientes se la lleven en su bolsa, por tal razón es menos probable que reciban propinas por los consumidores.
Y aunque permanecen en sus puestos de trabajo, temen que sus actividades cambien y que los cerillos desaparezcan, ya que muchos de ellos son personas de la tercera edad que tienen la necesidad de trabajar.