Morena contra Morena
“Las encuestas son como las morcillas: muy sabrosas hasta que uno sabe cómo las hacen”. Álvaro Gómez Hurtado (1919 – 1995) Abogado, político, periodista y escritor colombiano.
La disputa intestina en Michoacán entre las facciones que comandan por un lado el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y Carlos Torres Piña, y por el otro Raúl Morón Orozco y Leonel Godoy Rangel, se recrudece con la búsqueda por la candidatura a la presidencia municipal de Morelia.
Los enconos que arrastran estos grupos en la lucha por el poder tienen origen desde sus tribus perredistas que trasladaron a Morena y que se agudizaron desde el arribo de Ramírez Bedolla a la gubernatura.
Sin duda, la batalla principal se fundamenta en la ilusión de construir desde ahora la candidatura al gobierno de Michoacán para el 2027, por ello el encontronazo sin solución entre ambos grupos que intentan hacerse de la candidatura al Senado, por un lado, Torres Piña y por el otro Morón Orozco.
Y si bien las batallas continuarán en el resto de la búsqueda de candidaturas para alcaldías, diputaciones locales y federales, una que destaca es por la presidencia municipal de Morelia.
Seguramente serán muchos los que sueñen con ella, pero la lucha se dará entre el candidato del gobernador y actual secretario de Finanzas, Luis Navarro García, contra el diputado local de Morena y ex funcionario de Silvano Aureoles Conejo, Juan Carlos Barragán Vélez.
En caso de que a Ramírez Bedolla le concedan llevar mano para determinar candidatos locales, seguramente será Luis Navarro el que compita contra Alfonso Martínez Alcázar, que buscará la reelección y que se percibe como el candidato a vencer.
Pero si la Comisión Nacional de Elecciones de dicho partido ahora sí respeta la elección por encuesta, entonces podrían darse sorpresas, considerando que Juan Carlos Barragán asegura que ganaría las mediciones.
Lo cierto es que en Morena las encuestas son estrategia para darle atole con el dedo a los suspirantes y ejemplos hay muchos.
En el caso Michoacán, cuando Raúl Morón “ganó” la candidatura al gobierno estatal, sus competidores se inconformaron señalando que “cucharearon” la encuestas, que no les dejaron conocer los resultados en tiempo y forma. Fue tal la molestia, que Cristóbal Arias Solís compitió por otro partido. Luego, en la búsqueda de la ubre del erario, todos los quejosos se disciplinaron.
Pasó lo mismo en la elección del candidato para Morelia en 2021. De los suspirantes, entre los que se encontraban Ramírez Bedolla y Torres Piña, no daban crédito a los resultados de las presuntas encuestas que dieron como ganador a Iván Pérez Negrón. Como usted ya sabe, los inconformes también se disciplinaron.
Está claro que todos saben que las decisiones las toma o por lo menos las palomea el presidente de México y dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, o bien, son extraordinariamente ingenuos y siguen saboreando el atole que les dan con el dedo.
Las encuestas son un engaño, toda vez que su convocatoria advierte que la Comisión Nacional de Elecciones tiene todo el poder de decisión, son sus integrantes los que aprobarán a un máximo de 4 suspirantes a los diferentes cargos de elección popular, pero, también tienen derecho a aceptar un solo registro, al que considerarían como “único y definitivo”.
Así que, está claro que los candidatos difícilmente saldrán de las encuestas.
La convocatoria advierte, además, que no podrán inscribirse para distintos cargos de elección popular y que los candidatos plurinominales se someterán a una insaculación, pero después de que hayan sido aceptados por la Comisión de Elecciones.
Como se observa, la apuesta es complicada, así que las tribus morenistas seguirán dándose hasta con la cubeta por si valen las encuestas y a la par, negociando o quedando bien con López Obrador y los integrantes de la Comisión Electoral, cuidando lo que evidentemente predominará, el dedazo.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.