En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada
Franklin D. Roosevelt (1882-1945) Presidente de Estados Unidos
El ayuntamiento que preside Raúl Morón ha tomado la determinación de prohibir este año la instalación del comercio en la zona aledaña al santuario de la Virgen de Guadalupe, la calzada de San Diego y sus alrededores, y tratará de convencer a la jerarquía católica local de que cancele sus celebraciones religiosas con motivo del 12 de diciembre.
Se trata de una decisión necesaria y obligada. Es de esperarse que el Arzobispado de Morelia actúe con la misma sensatez y, en efecto, este año suspenda ese tipo de celebraciones. Tanto la decisión del ayuntamiento como la que es de esperarse tome la Iglesia Católica, tienen que ver con el enorme riesgo de propagación del covid que significaría la congregación de miles de fieles en esa zona de la ciudad.
Morón confirmó a este reportero la decisión de prohibir la instalación de puestos de vendimia y de juegos mecánicos en los alrededores de San Diego. Y no es para menos: permitirlos constituiría una sandez, un craso error del que sin duda mucho nos arrepentiríamos en la recta final del año, cuando la pandemia apenas va asomando a su cúspide. Ni siquiera podría aducirse que con esa actividad se colaboraría para reactivar en algo la alicaída economía local, dado que la mayor parte de los comerciantes que regularmente ahí se instalan, son foráneos, aunque en todo caso ese factor pasa al último segmento de trascendencia.
Empero, el alcalde mostró cierto recelo respecto de la actitud que pueda asumir la Iglesia. Explicó que tratará de convencer a quienes toman las decisiones en ella, de que es prioritaria la salud y que lo prudente, lo elemental, es que también se cierre el templo para evitar la asistencia de fieles en los días previos y justo el 12 de diciembre.
El punto es que no existe una disposición legal que obligue a las iglesias a tener cerradas sus puertas en estos momentos. Tanto las disposiciones federales, como estatales y municipales, apelan a la responsabilidad y madurez de los líderes religiosos, pero éstos no siempre actúan de la mano de esos atributos, responsabilidad y madurez. Todo queda a la discreción de los jerarcas religiosos. Por ende, lo que buscará Morón es convencerles de mantener cerrado el templo de San Diego.
Es de esperarse que la Iglesia actuará conforme a los dictados del raciocinio. No pasa absolutamente nada si cancela las celebraciones del 12 de diciembre, y sí contribuiría, y mucho, a la contención de la pandemia en esta ciudad. En realidad, la autoridad debiera ordenar, no sugerir, el cierre de las iglesias hasta que existan mejores condiciones sanitarias, pero ante la falta de voluntad para tomar ese tipo de medidas por el gobierno, no queda sino apelar al amor al prójimo por parte de la jerarquía eclesiástica. Veremos si lo hay.
twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com
