El secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlas ignorantes
Maximilien Robespierre (1758-1794) Político francés
La irresponsabilidad e insensibilidad del presidente López Obrador está produciendo que México se convierta en un país pepenador de vacunas. El presidente y su gobierno las mendigan donde pueden, en un lastimoso papel que es resultado obvio de una inacción criminal para apartar inmunológicos a tiempo ante las farmacéuticas.
Ante la falta de vacunas, México ha recibido la caridad de China, Rusia e India, y ahora de Estados Unidos. Cierto, no es el único país estirando la mano para la limosna, lo hacen muchos otros de África, Asia y Latinoamérica. La diferencia es que ellos lo hacen obligados por falta de recursos financieros para adquirir la vacuna. México, en cambio, sí tiene el dinero, pero lo que no tuvo fue la atingencia presidencial para apartarla con tiempo.
Las primeras dosis que llegaron en enero, tenían como origen dádivas, literalmente dádivas, de China y Rusia o, en su caso, destinadas a participar en pruebas de fase tres, a manera experimental, pues. Ahora se festina el “logro” de López Obrador de conseguir que Estados Unidos nos comparta dos millones y medio de vacunas.
Vaya cinismo: andamos en los tiraderos de basura para pepenar vacunas sobrantes, todo por la irresponsabilidad presidencial, y ahora lanzamos loas por lo fructífero de la “gestión” ante Joe Biden. En todo caso, si a alguien debemos agradecer, será a éste, al presidente norteamericano, aunque tampoco debe suponerse que da paso sin huarache: todo apunta a que a cambio de las 2.5 millones de vacunas, obligó a López Obrador a imponer restricciones al tráfico carretero en ambas fronteras.
Así, mientras la mayor parte de los países, no sólo los de primer mundo, sino aquellos con economías cercanas a la nuestra, avanzan rápido en la inmunización de sus ciudadanos, México, como perro de carnicería, sólo ve pasar con tristeza la oportunidad. Ni hablar, a seguir mendigando vacunas. Es lo que nos queda.
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