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sábado, julio 26, 2025

A UN AÑO DEL CULIACANAZO

Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral

Sir Francis Bacon (1561-1626) Político inglés

 

jaimelopezLa de hace un año no fue una jornada cualquiera en Culiacán, ciudad acostumbrada a la violencia, a la presencia de cárteles, a la ineficacia militar y policiaca y, peor aún, a la connivencia del poder público con los delincuentes; la descripción, desde luego, no es privativa de esa ciudad sinaloenses, en realidad lo es de prácticamente todas las del país, con las michoacanas por delante.

Fue la comprobación de que el Estado ha claudicado ante el crimen organizado. Que el presidente López Obrador haya ordenado a los militares dejar en libertad a Ovidio Guzmán, corroboró, por si aún hiciera falta, que en México hace mucho que el poder real es el del crimen organizado, y que los gobiernos de todos los niveles, incluidos fuerzas castrenses y policiacas, poderes legislativo y judicial, están sometidos a los dictados de los cárteles.

Y dejó en claro, también por si alguna duda quedaba, que el fenómeno engloba a gobiernos de todos los colores, niveles y temporalidades, y que no era privativo de los neoliberales, como les llama López Obrador. Su orden para liberar a Ovidio ha quedado marcada en la historia como una de las peligrosas señales de sumisión al crimen organizado por el poder público.

En esa lógica, no debe sorprender que Genaro García Luna o el general Salvador Cienfuegos estén siendo procesados en Estados Unidos por cargos relacionados justamente con narcotráfico. Lo sorprendente en todo caso es que sean sólo dos de ese nivel. Ni García Luna ni Cienfuegos representan una excepción, todo lo contrario, son la generalidad. Las cosas como son.

Sobre todo la detención del militar abre hoy toda una polémica respecto al alcance de la penetración del crimen en las fuerzas armadas. Polémica inútil. La milicia no tendría por qué estar exenta de ese riesgo, no hay una sola razón para así suponerlo. Incluso, su alto grado de discrecionalidad y de autonomía, la hacen en todo caso más expuesta, al no estar acostumbrada a rendir cuentas, a ser auditada, a ponerse en la lupa de nadie. Ni hablar de los organismos policiacos civiles, que representan un monumento a la corrupción y a la colusión con los criminales.

En todo caso, lo de hace un año en Culiacán representó la confirmación de esa realidad, realidad que no cambia en absoluto con la 4T, al contrario, claramente se acentúa, y lo de hace un año es la mejor prueba. ¿Alguien en su sano juicio lo puede dudar?

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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