spot_img
21.5 C
Morelia
martes, julio 1, 2025

ADIÓS A ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO

La política depende de los políticos, más o menos como el tiempo depende de los astrónomos

Remy De Gourmont (1858-1915) Novelista francés

 

jaimelopezEn el maremágnum de eventos vinculados con la política, la crisis financiera, la corrupción, la pandemia y ahora los conflictos internacionales, un anuncio de suma importancia pareció perderse, pese a su evidente gran impacto social. Me refiero a la confirmación, por parte de la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, de la cancelación del programa de Escuelas de Tiempo Completo.

El gobierno de Felipe Calderón lo echó andar en 6 mil 708 escuelas de primaria y secundaria, mientras que el de Enrique Peña Nieto lo hizo crecer a 25 mil 134. A través de dicho programa, los niños llegaban a las ocho de la mañana, alternaban el desayuno y la comida con sus clases y demás actividades escolares, para regresar a sus hogares hasta las cuatro de la tarde.

Es fácil advertir las varias bondades del esquema: los niños tenían garantizado el consumo de dos alimentos, así como el número de horas suficientes para asegurarse una buena educación, en tanto que los padres de familia podían atender sus empleos sin la presión de recoger a sus hijos en la escuela, beneficio que evidentemente se acentuaba en los casos de padres o madres solteros, obligados a uno o más empleos.

Por increíble que parezca, el programa no fue cancelado a las primeras de cambio por el presidente López Obrador, pese a su empeño por derrumbar todo lo que encontró del pasado. Quizá Escuelas de Tiempo Completo se salvó hasta ahora porque el tabasqueño no sabía de su existencia. Como sea, alcanzó a sobrevivir más del medio sexenio depredador de López Obrador. Pero no más. Este martes, Delfina Gómez confirmó en la mañanera que el programa ha sido cancelado, bajo el pretexto de que el dinero que se le destina será ahora empleado en mejorar las condiciones físicas de las escuelas.

Absurdo: una cosa no riñe con la otra. Escuelas de Tiempo Completo podía mantenerse, de hecho debiera ampliarse, y al mismo tiempo el gobierno debiera destinar los recursos necesarios para mejorar la infraestructura de los inmuebles, que ciertamente lo requieren en la mayor parte de los casos. Eso sí es invertir en la educación.

Es evidente que el presidente decide cancelar el programa, porque proviene de los tiempos de Felipe Calderón. A López Obrador le tiene sin cuidado lo altamente redituable que era en términos del beneficio social para miles de familias. Como no lo creó su gobierno, hay que borrarlo de un plumazo. El pretexto es lo de menos.

El trauma emocional que acompaña al presidente, que llega al terreno patológico en muchos casos, le lleva a tomar decisiones absurdas y, como en este caso, injustas para las familias más debilitadas económicamente.

¿Qué sigue por demoler, señor presidente?

twitter@jaimelopezmtz

Noticias Recientes
spot_img
Noticias Relacionadas