Antes de entrar en una batalla, hay que creer en el motivo de la lucha
Paulo Coelho (1947-?) Escritor brasileño
El triunfo de Andrés Manuel López Obrador en la elección del PRI, a través de su personero Alejandro Moreno –ahora sí y más que nunca, “amlito”-, tiene sus repercusiones también en Michoacán, específicamente en el gobernador Silvano Aureoles y su esfuerzo por forjar una alianza de su partido, el PRD, justo con el PRI, de cara a las elecciones de 2021.
Esa alianza prácticamente ha quedado truncada en Michoacán, porque está claro que el PRI ha caído en el regazo lopez obradorista y con amlito Moreno como dirigente, el tricolor será la rémora de la 4T y por tanto, fiel cumplidor de lo que ésta ordene.
Y evidentemente, la 4T le ordenará al PRI secundarlo en su objetivo de hacerse de Michoacán en el 2021. Y el tricolor, manso como ha sido toda su vida, acatará dócilmente.
Por eso, el triunfo de “amlito” prende también las luces rojas en el escritorio de Silvano Aureoles, que ya puede ir dejando de lado al PRI en su búsqueda por una alianza con el PRD para hacer frente a Morena, más allá de que esa expectativa iba creciendo hasta ahora a pasos más o menos firmes.
Y es que aun siendo probable que los priístas michoacanos busquen esa alianza con Aureoles y el PRD, porque entienden que el adversario común debiera ser Morena, es un hecho que no se mandan solos y que a la hora de la hora, tendrán que ajustarse a la línea nacional, que obviamente será en el sentido de que si de alianzas se trata para 2021, ésta tendrá que ser con Morena, porque así lo ordenará Amlo a amlito.
Así, ya Aureoles puede irse despidiendo de su alianza con los priístas, y evidentemente deberá rediseñar su estrategia, acaso enfocando baterías hacia el PAN, o bien proyectando que el PRD juegue solo, porque considerar a cualquier otro partido, sería una pérdida de tiempo.
Como se ve, la sumisión vergonzosa del PRI hacia López Obrador cobra daños colaterales, en este caso en Aureoles y su PRD. Ahora que si de daños se trata, y ya no colaterales sino frontales, lo que se le vendría a Michoacán si Morena y su perro faldero, el tricolor, materializan su obsesión de hacerse del poder en la entidad. Al tiempo.
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