La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida misma
John Dewey (1859-1952). Filósofo estadounidense
A la callada, la Secretaría de Educación ha venido elaborando el proyecto para crear el Instituto Autónomo de Educación, que tendrá por tarea medular generar una opción más en la preparación de los futuros maestros de educación básica. En un año deberá estar listo para comenzar a operar.
Y se entiende que lo haya hecho casi en total reserva, porque si bien oficialmente no se acepta que se constituirá en una competencia para las escuelas Normales, cualquier ingenuo vislumbra que ese será su real fin, y dada la belicosidad de los normalistas y de la Cnte, es fácilmente previsible que en cuanto se conociera el proyecto, se generaría toda clase de obstáculos para su operación.
En circunstancias digamos de normalidad, crear una instancia más para forjar docentes, sería absurdo, un exceso de gasto, por tantas opciones que oficialmente hay para lo mismo hoy día en Michoacán. Empero, un ejercicio mínimo y elemental de realismo, lleva a concluir que de todas no se hace una. De las múltiples escuelas Normales, universidades y centros de diversa definición, pero todos con el mismo objetivo teórico, no se hace uno. Esa es la realidad. Luego entonces, pensar en otra alternativa, no parece sonar tan descabellado, siempre y cuando cuaje.
El solo hecho de que no haya duda de que las Normales son formadoras de todo, menos de docentes verdaderos, justifica pensar en otras opciones. Ya se sabe que aquellas son forjadoras de terroristas en potencia y se infiere que con el instituto, el gobierno silvanista pretende volver a su origen el concepto formador de docentes.
Si bien el gobierno lo maneja políticamente, asegurando que no busca que el instituto sea una “competencia” para las Normales, es claro que sí lo será; más aún, que aunque no fuera ese el objetivo, en los hechos y con el paso de un corto tiempo, cualquier joven con vocación por la docencia ni siquiera titubearía en elegir otra instancia alternativa a una escuela Normal.
Es de esperarse que el secretario de Educación, Alberto Frutis, resista la embestida que sin duda le comenzará a generar de la Cnte y de sus fuerzas básicas, los normalistas, el darse a conocer la decisión de crear el Instituto Autónomo de Educación. Acostumbrados a los tumbos históricos en la SEE, hoy debe valorarse que, por fin, dé una buena.
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