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viernes, julio 26, 2024

AGUCATEROS DEPREDADORES

La tierra ama nuestras pisadas, y teme nuestras manos

Anónimo

 

jaimelopezEn cualquier país donde la ley prevalezca y donde, sobre todo, las prioridades se hagan pesar, independientemente de si se afectan intereses económicos o no, el cultivo indiscriminado de aguacate, como sucede en Michoacán, ya se habría detenido.

Pero estamos en Michoacán, y no parecer pasar nada: cada año perdemos casi setenta mil hectáreas de bosque por el cambio ilegal de uso de suelo, a fin de dar entrada a más y más aguacateros, y nadie hace nada. Y quienes pretenden hacerlo, se topan con pared, porque claramente hay fuertes, muy fuertes intereses en juego.

En realidad, ni siquiera ser una disyuntiva la de determinar qué es más importante: la generación de empleos y el aporte a la reactivación económica del estado, a la que ciertamente contribuye la producción aguacatera, o la preservación del medio ambiente, en cuya degradación también es evidente su contribución.

Absurda y tramposamente, los aguacateros y sus defensores plantean esa disyuntiva. Por supuesto que no es válida. Ninguna actividad económica, por importante que sea, puede serlo más que la preservación de la naturaleza, que el respeto al medio ambiente, porque en ello nos va la sobrevivencia como especie. Así de fácil.

El falso dilema es mañosamente planteado por los aguacateros. La prioridad es clara, o debiera serlo. La actividad de la fruta debe ser impulsada, sí, en tanto no afecte el entorno ecológico; tiene que supeditarse a éste, ese es su límite.

Pero increíblemente, uno de los pocos esfuerzos oficiales que hay para poner freno a la degradación ambiental producto de la voracidad de los aguacateros, la que emprende la Secretaría del Medio Ambiente del estado, en lugar de ser respaldada, recibe golpe tras golpe, comenzando por la Semarnat, la instancia del gobierno federal supuestamente encargada de frenar el deterioro de los recursos naturales, que junto con su brazo ejecutor, la Profepa, ha hecho caso omiso al fenómeno depredador de los aguacateros michoacanos.  Y, peor, argumenta que el estado no tiene facultades para detenerlos, en sospechosa complicidad con aquellos.

Y por si no fuera poco, hay en el Congreso del Estado una iniciativa para retirarle facultades al gobierno estatal para frenar la depredación de recursos naturales. Es deseable, desde luego, que la sospechosa iniciativa, con enorme signo de pesos detrás, no prospere.

Se trata de un tema que ni siquiera debiera debatirse. Pero es Michoacán, es México, donde no necesariamente lo más importante va por delante. Si hay intereses económicos en riesgo, el orden de prioridades se trastoca con la mano en la cintura. Veremos hasta donde.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

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