A los que les gusta mucho la plata, hay que correrlos de la política: son un peligro
José Mujica (1935-?) Presidente de Uruguay
El gobierno del estado proyecta crear la versión tropicalizada de la Unidad de Inteligencia Financiera que, en su nivel federal, depende de la Secretaría de Hacienda.
Para el efecto, ha enviado al Congreso del Estado una iniciativa solicitando la autorización respectiva, dado que deberían modificarse una serie de ordenamientos legales, comenzando por la Constitución local misma.
Dicha iniciativa se ha buscado mantener en secrecía, pero ya transita por las comisiones legislativas que tienen que perfilar el ordenamiento legal. Empero, no parece haber encontrado pleno eco entre los diputados. Obviamente, los de Morena se aprestan a empujar por su aprobación, una vez que recibieron la orden de Casa de Gobierno, pero la oposición muestra recelo.
La desconfianza no es infundada: por una parte se reconoce que el gobierno estatal requiere una oficina que diseñe políticas públicas tendientes a disminuir, y si se puede, erradicar, la evasión del pago de impuestos de corte estatal, pero por otra hay temores de que en realidad vaya a asumir roles como la temible UIF federal, que en realidad constituye el brazo armado del gobierno, fiscal y penalmente hablando, para amedrentar a los opositores, sean estos empresarios, periodistas, intelectuales, críticos, activistas, líderes sindicales. La UIF de Hacienda está diseñada para perseguir a la oposición, chantajearla, amedrentarla.
Los diputados deben asegurarse que su versión michoacana no sea una copia de la federal. Que combata la evasión fiscal, justificaría su creación. Si va a ser un ente persecutor de opositores, estarían los legisladores obligados a impedir su nacimiento, porque ellos, los diputados de oposición, podrían ser los que inauguraran esa UIF purépecha. Si no, al tiempo.
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