La política no es un fin, sino un medio; no es un producto, sino un proceso, es el arte de gobernar
Calvin Coolidge (1872-1933) Presidente de Estados Unidos
Tom Cotton, el senador norteamericano mencionado como muy probable próximo director de la CIA o ministro de Defensa, no se anda por las ramas, cuando advierte en declaraciones a Fox News:
“Desafortunadamente, está claro que el gobierno mexicano no puede controlar esto (la criminalidad y la escalada de violencia). El presidente López Obrador asumió el cargo hace casi un año, diciendo que su estrategia para lidiar con los cárteles sería “abrazos, no balazos”…eso puede funcionar en un cuento de hadas para niños, pero en el mundo real, cuando tres mujeres estadounidenses y seis niños estadounidenses son asesinados a tiros y quemados vivos, lo único que puede contrarrestar las balas, son más y más y grandes balas. Si el gobierno mexicano no puede proteger a los ciudadanos estadounidenses en México, entonces Estados Unidos tendrá que tomar medidas por nuestras propias manos…”
A la severa advertencia de Cotton, habría que añadir el apoyo que previamente el presidente Trump había ofrecido al gobierno de México para terminar con los cárteles, luego de la masacre de nueve integrantes de la familia Lebaron en Sonora.
López Obrador se inflamó de patriotismo y desechó la ayuda ofrecida por Trump, eso sí, de manera muy comedida, sin que pareciera desdén.
A ver, con toda crudeza: ¿cuántas mentiras encuentra usted en la declaración del senador Cotton? ¡Exacto, ninguna! Puede ser políticamente incorrecto aceptarlo, pero es evidente que da justo en la línea de flotación de la 4T: el gobierno lopez obradorista nomás no puede, su idea de los abrazos en lugar de balazos es propia de un cuento de hadas, no del mundo de verdad, y para rematar, amaga con el fantasma que cada día podrá comenzar a dejar de serlo para volverse más real: el gobierno de Trump está a nada de “obligar” a López Obrador a aceptar su ayuda, militar obviamente, para confrontar a los cárteles.
De que es necesaria, no parece haber duda. Haría añicos, eso sí, su postura entre filosófica y religiosa de que con abrazos, con paz y amor resolveremos la criminalidad en México; pero si Trump se aferra, no veo cómo López Obrador pudiera resistirse, así tuviera que encontrar alguna justificación descabellada, a las cuales ya estamos acostumbrados.
Colombia aceptó esa ayuda norteamericana y fue la única manera en que logró contener el ascenso al poder y al dominio completo del país, de Pablo Escobar, y ningún colombiano se envolvió en su bandera para tirarse de un puente antes que ver cómo su país era “mancillado” por la presencia de otro gobierno.
En México sacaría ámpula esa posibilidad, pero en función de la realidad política y de seguridad, no parece insensata la ayuda militar del Tío Sam. ¿O hay algo más de fondo que le impida a López Obrador realmente ir contra los cárteles? Las dudas se acrecientan, pero sólo partamos de una verdad: peor no podemos estar, cualquier avance sería ganancia. Veremos.
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