Cuando no se elige al más animal de todos, parece que no es realmente democracia
Albert Guinon (1863-1923) Dramaturgno francés
Alfonso Martínez Alcázar, el alcalde de Morelia, ha decidido no incorporar al Mando Único Estatal a la Policía Municipal, mientras el secretario del gobierno del estado, Carlos Torres Piña, daba a conocer que la próxima semana se definirá cuáles ayuntamientos incorporan a sus cuerpos policiacos a dicha estructura.
En realidad, si nos atenemos a resultados, hay pocos argumentos para justificar que los alcaldes se desprendan de sus cuerpos policiacos para entregarlos al gobierno estatal, a través de la Secretaría de Seguridad Pública, dado que ello no ha incidido en una disminución de los índices delictivos ni a nivel estatal ni municipal, como sería teóricamente el objetivo del Mando Único.
Los gobernadores regularmente han presionado a los alcaldes para que firmen incorporarse a ese esquema, pero en realidad para asegurarse una Policía más fuerte en número, pero sin que ello redunde en una lucha más eficaz en contra de la criminalidad. No es de dudarse, incluso, que en ocasiones los gobernadores requieran a los policías municipales, porque a su vez destinan a los estatales para tareas de seguridad personal de funcionarios y sus familias. Y no pocas veces también, ha resultado que cuando un municipio requiere fortalecer su seguridad, resulta que sus policías, a los que tiene en nómina, andan en lugares lejanos comisionados por la Secretaría de Seguridad Pública estatal. Es decir, los ayuntamientos pagan a sus policías pero éstos no se dedican a la seguridad de los habitantes del municipio, sino de otros, según el criterio que aplique el gobierno del estado.
Desde luego, el Mando Único tampoco ha reflejado una disminución en la corrupción policiaca. Municipales o estatales, las policías son siempre corruptas.
Evidentemente, Alfonso Martínez Alcázar ha analizado todo ello, y ha decidido no participar del esquema del Mando Único. Ya lo hizo en su anterior administración, lo que le valió un serio choque con el gobernador Silvano Aureoles. Pero me parece que el tiempo y los resultados le dieron la razón a Alcázar, por lo que ahora no ha dudado y desde ya ha tomado la determinación de mantener bajo su control a la Policía moreliana, no entregarla al gobierno estado. A la luz de las experiencias no solo en Morelia sino en todo el estado, todo apunta a que Alcázar hace bien en asumir dicha decisión.
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