Ser presidente se parece a administrar un cementerio: hay mucha gente debajo de nosotros y nadie nos hace ningún caso
Bill Clinton (1946-?) Presidente de Estados Unidos
Como era previsible, Estados Unidos nos puso estrellita en la frente como alumnos bien portados y mejor calificados, en la materia “control de migrantes”.
Este domingo, Mike Pompeo, el secretario de Estado norteamericano, tuvo el gesto de descender de todo lo alto para venir a darnos una palmada en la espalda y decirnos que vamos bien, pero que no hay que bajar la guardia, en la tarea que nos asignó, vía Marcelo Ebrard, de que la Guardia Nacional, la flamante Guardia Nacional lopez obradorista, haga el trabajo de la policía estadounidense y controle a los migrantes centroamericanos en ambas fronteras, sur y norte.
La pregunta en México es cómo debemos sentirnos por la estrellita de Trump en la frente de López Obrador, si avergonzados u orgullosos. Pues cada quien tiene el derecho a sentirse como quiera, pero es claro que el tabasqueño está en un callejón sin salida: oficial y públicamente tiene que fingir aplausos, pero en el fondo rumia lo que él, como casi cualquiera, considera un agravio, hacer el trabajo sucio a Estados Unidos.
Porque no puede olvidarse que ya como presidente electo, y luego incluso en funciones, López Obrador garantizó que jamás utilizaría la fuerza pública para frenar a los migrantes de Centroamérica, más aun, que les daría toda clase de protección y canonjías durante su paso, o estancia indefinida, en México.
Hoy, tiene que sepultar ese compromiso y actuar conforme se lo mandata el Tío Sam y, lo peor para él, que tiene que aplaudir lo que claramente es una sumisión vergonzosa.
Y todo apunta a que la prueba de los cuarenta y cinco días es sólo el principio: Trump está decidido a que México se constituya oficial y formalmente en un Tercer País Seguro, que dé cobijo por el tiempo que sea necesario, a los miles y miles de centroamericanos que busquen ingresar a suelo norteamericano, en tanto se les resuelve su situación, si es que lo que pretenden es un asilo político.
Es evidente que Ebrard metió a López Obrador en un callejón sin salida y, repito, que lo peor aún está por venir. Ni modo que haya manera de decirlo no a Trump cuando éste planteé lo del Tercer País Seguro, que es inminente. Si no, al tiempo. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>