Una gran democracia debe progresar, o pronto dejará de ser o grande o democracia
Theodore Roosevelt (1858-1919) Político norteamericano
El estilo retador y bravucón del presidente López Obrador no se ha puesto a prueba hasta ahora, no al menos a cabalidad, porque los objetivos de sus ataques representan la mafia del poder, su adversaria histórica; ello, sin duda, le ha facilitado las cosas.
Empero, un panorama inédito se le presenta esta semana: será una aliada fiel y eficaz a la que deberá enfrentar.
En efecto, la mafiosa CNTE parece dispuesta a ponerle el pie en el cuello a su aliado el presidente, lo cual tampoco debiera sorprender, porque ya se sabe que ella, como dicen que son los Estados Unidos, no tiene amigos, sólo meros negocios, y así se trate del mismo presidente, al que ayudó a ganar la elección, el que le ha ofrecido derogar la reforma educativa, el que en los hechos ha corroborado ser un aliado que cumple la palabra, si éste no se pliega también a los chantajes de esa mafia, al mismo que darán la espalda sin problema y al mismo al que le generarán condiciones de ingobernabilidad hasta reventarlo.
Y López Obrador lo sabe, de ahí su preocupación respecto a cómo enfrentar la presión de su aliada, una vez que ésta está decidida a que la reforma educativa sea derogada, pero en los términos que ella exige, no necesariamente como lo planteaba el proyecto presidencial.
López Obrador iba por una reforma light, que mantuviera intacta la no entrega de plazas automáticas a los normalistas y los ascensos por exámenes de capacidades, lo cual decepcionó a la CNTE, que por ello tuvo que afilar el hacha y hacer lo que mejor sabe: vía la presión cercó a la Cámara de Diputados, hasta que el presidente ordenó a sus secretarios de Gobernación y de Educación que “atendieran” a los lideres de la mafia sindical.
Preocupa, aunque no sorprende, la rapidez con la que Olga Sánchez Cordero y Esteban Moctezuma “convencieron” a los centistas de soltar el recinto parlamentario y regresar a sus estados; parece es altamente probable que el ofrecimiento gubernamental es ajustar la reforma educativa a la exigencia sindical.
En todo caso, será esta misma semana cuando se vea si López Obrador es López Obrador también frente a la CNTE, o sólo es inflexible ante sus opositores, ante “su” mafia del poder, es decir, si tiene la decisión y las agallas de enfrentar a su aliada o de plano se pliega, también él, ante su chantaje, en lo que sería su primer serio revés, no porque no haya tenido otros en su incipiente gobierno, sino porque éste sería ante el “pueblo bueno”. Veremos.
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