La política es el arte de vender simultáneamente el gozo de la estabilidad y la paranoia ante el caos
Carlos Monsiváis (1938-2010) Periodista y escritor mexicano
Una buena: la federalización de la educación michoacana va, está firme. La mala: no va a ser pronto.
Víctor Zavala, líder centista en Michoacán, refirió que tal, fue la respuesta que le dio el presidente López Obrador, cuando en la reunión que ambas partes sostuvieron el lunes anterior en Palacio Nacional, salió a relucir el tema michoacano.
El gobernador Silvano Aureoles ha venido transitando este último bimestre, aferrado al compromiso público que hizo López Obrador: sí a la federalización educativa michoacana.
Para el gobierno de Aureoles, es asunto casi de vida o muerte esa federalización, siempre que ésta sea rápida. Es el salvavidas financiero al que se aferra. De hecho, el mandatario estatal ha remachado en cuanta oportunidad tiene, que de no darse esa devolución de la nómina de Educación a la SEP este mismo año, su gobierno no contará con los recursos financieros siquiera para concluir el año. Por ahí de septiembre, ha dicho una y otra vez, se acabaría el dinero de todo el año.
Las velas están prendidas, pues, para que haya una rápida federalización educativa. Por eso, cuando Zavala dice que López Obrador le aseguró que el proceso está firme, pero “no va a ser pronto”, la tempestad se le viene encima al Estado.
Ya lo habíamos anticipado: AMLO no es confiable, es capaz de todo; que en público haya aceptado federalizar la educación, no significa que vaya a ser a la brevedad, máxime si siempre tendrá el típico: dije que sí, pero no dije cuándo. Y en tratándose de educación, el argumento de su complejidad y, por ende, el amplio espacio de tiempo que conlleva su entrega del Estado a la Federación, siempre será un buen pretexto.
Porque además, ¿qué significa “pronto”?, pues lo que cada quien quiera entender. Para Aureoles es antes de agosto. Para López Obrador puede ser cualquier momento de su sexenio. En todo caso, su dicho a la Cnte fortalece la idea que algunos esgrimimos desde el principio: la federalización educativa se va a dar no sólo cuando el presidente quiera, sino cuando le convenga.
Y electoral y políticamente, que son los factores prioritarios en este caso, cuando más le convendría a AMLO cumplir su ofrecimiento de hacerse cargo de la nómina educativa de Michoacán, sería en 2021, año en el que habrá elecciones para gobernador, y cambalachear con la Cnte federalización educativa por votos en las urnas para Morena, puede resultar un gran negocio para el presidente.
Por lo pronto, bien haría Aureoles en ir desempolvando su plan B, porque es altamente posible que tenga que hacer uso de él por ahí de septiembre. Lo que le dijo AMLO a la Cnte el lunes, es lo que justo pasará: ¿federalización?, sí, claro, fue un compromiso del presidente, pero cuando éste quiera. Y querrá, doble contra sencillo, en 2021. Si no, al tiempo.