El triunfo político es la suma del sentido común y la capacidad de liderazgo
Enrique Tierno Galván (1918-1986) Político español
Como a cualquier otro ser humano enfermo de Covid, hay que desearle al presidente López Obrador que se recupere de este, su segundo contagio. Pero también, como presidente, hay que exigirle más responsabilidad, más seriedad frente a la pandemia, no solo por él, sino por sus millones de seguidores.
Hoy, miles, decenas de miles de seres humanos se contagian a diario, sobre todo por la presencia de Ómicron, pero como ha quedado claro en esta pandemia, hay quienes enferman pese a observar todos los protocolos sanitarios, seguramente los menos, y quienes lo hacen por irresponsabilidad. Francamente, el presidente encuadra entre estos últimos.
Ciertamente, puede decirse que un presidente se encuentra sin duda entre las personas con mayor riesgo, dada la naturaleza de su trabajo, que le obliga a estar en contacto con mucha gente, pero a ese riesgo López Obrador le ha aumentado su irresponsabilidad, al acudir a todos lugares sin cubre bocas, saludando de mano, desdeñando el gel antibacterial y mandando al diablo la sana distancia. Todo ello, de manera intencional, no accidental ni circunstancialmente.
La mayor muestra de su peligrosa conducta la dio justo este lunes, horas antes de anunciar que había dado positivo, por segunda vez, al Covid. Por la mañana, en su conferencia de prensa en Palacio Nacional, presentaba evidentes signos de posible contagio, y él mismo así lo reconoció. En esas condiciones, ¿por qué diablos acudió a su mañanera?, ¿qué persona con un mínimo de responsabilidad y respeto por los demás, se presenta ante decenas de reporteros y de sus colaboradores como si nada pasara, sin cubre bocas, poniendo a todos en alto riesgo?
Pero eso fue el lunes. Ya durante los casi dos años de pandemia, López Obrador ha sido un férreo opositor a los protocolos sanitarios, en una actitud que más parece explicarse por ir en contra de toda norma y de toda medida científica.
Esa postura ya le cobró factura dos veces. Espero que de esta segunda también salga bien librado, pero no estoy seguro que todos los que le han seguido en sus poses irresponsables corran la misma suerte: ¿cuántos mexicanos han enfermado, o incluso muerto, por seguir el ejemplo del presidente ante la pandemia? Nadie lo sabe, pero evidentemente muchos, miles.
¿Puede esperarse que al volver a tropezar con la misma piedra, el presidente cobre consciencia y se maneje ahora sí con responsabilidad, él en lo personal y como guía de millones? En casi cualquier otro político, es probable que así fuera. En tratándose de López Obrador, no lo creo. Su cerrazón a la ciencia pesa más. Ojalá me equivoque y a raíz de este segundo contagio la política pública frente a la pandemia pase de la superchería a la ciencia. Veremos.
twitter@jaimelopezmtz