En política hay que sanar los males, jamás vengarlos.
Napoleón lll (1808-1873) Emperador francés
Una cosa sí tiene que reconocérsele al presidente López Obrador: avisa sus intenciones.
Y, fiel a esa sana costumbre, ya avisó y dejó en claro cuál es el sentido y el alcance de la reforma electoral que enviará al Poder Legislativo en breve. Busca, dijo, que el Instituto Nacional Electoral sea realmente independiente y, sobre todo, que esté conformado por «personas honestas».
Nadie en su sano juicio podría estar en desacuerdo con que el INE sea como lo describe López Obrador, independiente y compuesto por personas honestas, aunque su actual perfil cumple en general con ambos elementos. El problema es que el presidente tiene un concepto muy particular de la independencia y la honestidad.
Para él, un servidor público «independiente» es que lo sea sólo de la «mafia del poder» y de los «conservadores», pero absolutamente sumiso y dependiente de él. Y uno honesto, en su lógica, es quien puede robar y extorsionar pero bajo su sombra, la sombra de la 4T, y eso los convierte en personas honorables. Delincuentes para todo mundo, pero honorables para López Obrador siempre y cuando le sean fieles.
Bajo ese criterio, ya podemos imaginar la clase de INE que pretende el tabasqueño, particularmente sus consejeros: independientes de todos, menos de él, y honestos, entendida la honestidad como lealtad a ciegas y sumisión absoluta también a él.
Al menos, ya lo avisó el presidente. Ese es el INE con el que sueña para que las elecciones del 24 cuenten con un árbitro cuatroteísta y no haya ningún riesgo de que un INE incómodo no le garantice el triunfo al candidato morenista, al que haya él designado como su sucesor. López Obrador quiere un INE que solo sea una oficialía de partes de Palacio Nacional.
En la reforma eléctrica se verá el real compromiso de la oposición, pero en el siguiente round, la reforma electoral, se jugará literalmente el destino del país: un INE como el que quiere López Obrador es lo mismo a que Gobernación vuelve a organizar y calificar las elecciones. Ahí sí se jugará el todo por el todo la oposición a Morena. La reforma electoral amlista sería regresar al México bárbaro. Ahí demostrarán PRI, PAN, PRD y MC de qué están hechos.
El presidente ya avisó, nadie puede decirse sorprendido. Veremos.
twitter@jaimelopezmtz
