Lo decisivo para actuar en política es la pasión moral
Theodor Heuss (1884.1963) Político alemán
¿Por qué no organizó este año el Congreso evento conmemorativo por el aniversario de la Constitución?, le pregunto a un diputado, vía whats app. Su respuesta no tiene desperdicio: “porque la Junta de Coordinación anda en temas de precampañas y no en cumplir su trabajo”.
Y sí, por descuido o por indiferencia, por amnesia o por desinterés, el Congreso del Estado no organizó este año el referido evento, una tradición del Poder Legislativo. Fue el aniversario 101 de la promulgación de la ley más importante que tenemos los mexicanos, lo que hace aún más preocupante el “olvido” de los diputados: si el aniversario de la Constitución les pasó de noche, ¿qué puede esperarse de otros compromisos, en teoría menos relevantes?
Más allá de que se habla de una mera formalidad política, el episodio no hace sino desnudar, retratar a pie juntillas lo que ha sido, con sus honrosas excepciones, la legislatura actual: anodina, improductiva y con liderazgos a los que les ha quedado enorme la silla.
En efecto, el episodio de este 5 de febrero evidencia el nivel de los liderazgos legislativos. En particular, el de la Junta de Coordinación Política, el cónclave en el que se deciden los temas más relevantes de la marcha del Congreso, y de entre cuyos integrantes no parece hacerse uno en términos de eficacia y acaso ni siquiera de probidad: la priísta Adriana Hernández; el panista Carlos Quintana; el “verde” –en el más amplio sentido del término- Ernesto Núñez; el perredista Antonio García Conejo; el morenista Enrique Zepeda y la petista Mari Carmen Bernal, conforman esa junta de “notables” –el entrecomillado nunca mejor justificado- a los que, en primera instancia, habría que señalar, justo por ser quienes llevan las riendas de la Cámara de Diputados. Bueno, llevar las riendas es un eufemismo, porque la carreta legislativa no parece tener quién la maneje, no al menos eficazmente y con rumbo claro.
El caos que en muchos sentidos es la actual Legislatura, se debe preponderantemente a los líderes de las bancadas. Para bien o para mal, son éstos los que toman las decisiones relevantes. Los pocos diputados que con un dejo de dignidad se han pretendido inconformar en busca de darle algo de lustre al trabajo legislativo, rápidamente han sido puestos quietos por los cabezas de bancadas, haciendo éstos funcionar, ahí sí eficazmente, los mecanismos de control que se tienen diseñados para casos de “insurrección”.
Si ya una vez aprobó entregar la Presea Ocampo a narco músicos, en realidad no debe espantar que la Junta de Coordinación Política haya soslayado ahora el aniversario de la Constitución. Y lo increíble: que algunos de sus integrantes busquen ahora ser candidatos a otros cargos de elección. Es el mundo al revés.
jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>
