La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás
Winston Churchill (1874-1965) Primer ministro británico
El ayuntamiento moreliano, a través de su Dirección de Inspección y Vigilancia, ha emitido una circular en la que “solicita la colaboración” de los propietarios de los establecimientos comerciales ubicados en los portales del Centro Histórico, para que retiren, desde este miércoles y hasta nuevo aviso, las mesas y sillas que suelen colocar en la vía pública y que se utilizan para brindar servicio de cafetería y consumo de alimentos. Ello, ante la tercera ola de covid-19 y para tratar de evitar aglomeraciones de personas en esa zona, a fin de disminuir los contagios.
La decisión es desde luego obligada. Empero, tiene dos elementos que debe reconsiderar el ayuntamiento: el primero, que la circular solo contempla a los negocios de los portales, pero no a otros del mismo Centro Histórico que también ofrecen el mismo servicio al aire libre, como los ubicados cerca del Jardín Villalongín. Es decir, puede ser señalada la medida de injusta, al no ser “pareja” para todos los negocios.
Y segundo, que la circular habla de “solicitar” la “colaboración” de los propietarios de los establecimientos comerciales. El término empleado por Martín Eduardo Montes Morales, director de Inspección y Vigilancia, no es el correcto. En pandemia, la autoridad no puede “solicitar” de nadie su “colaboración”. Debe adoptar medidas y ordenar que se acaten. Punto.
Suena a autoritarismo, cierto, pero en una pandemia no caben dobleces ni medias tintas. Si el ayuntamiento pide la colaboración de los propietarios de esos establecimientos, entonces cabe la posibilidad de que alguno de éstos decida no acceder a la solicitud, dado que es optativa y discrecional. La circular debe redactarse en términos de instrucción.
Es de esperarse, pues, que la autoridad municipal reconsidere ambos factores, y así que la disposición sea extensiva a toda la ciudad, no solo al Centro Histórico, y también que sea de acatamiento obligatorio, no discrecional.
Por lo demás, la medida es plausible, así como la de cerrar con vallas las plazas públicas. Y bien haría el ayuntamiento en ordenar también el cierre temporal de antros, bares, gimnasios y cines, así como los demás espacios no esenciales, y reducir aforos en restaurantes y centros comerciales, amén de enviar de nuevo a sus casas a la mayor parte de la burocracia, sobre todo la de áreas administrativas no prioritarias. Lo mismo debe hacer el gobierno del estado. Solo así podrá encararse con expectativas favorables esta tercera ola de la pandemia que ya comienza a saturar otra vez los hospitales. Veremos hasta dónde hay esa voluntad.
twitter@jaimelopezmtz