Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es
Joseph Fouché (1758-1820) Político francés
Sólo por protección partidista, o por temor, puede explicarse, que no justificarse por supuesto, la lamentable decisión del Congreso del Estado, particularmente de la bancada del PRD, de echar abajo la solicitud de juicio político en contra del auditor Superior de Michoacán, José Luis López Salgado, pese a las sobradas pruebas del desacato en que incurrió ante una instrucción del propio Poder Legislativo.
Fue patética y vergonzosa, para olvidar, la sesión de este jueves en el Congreso: la bancada perredista ahora sí unida, defendiendo a rabiar al también perredista López Salgado. Los panistas dando la misma inmunidad, so pretexto de la alianza que a nivel nacional traen justo con el PRD. Los azules votaron también en bloque a favor de la protección al auditor, con el vergonzoso caso de Andrea Villanueva y Miguel Ángel Villegas, que en comisiones habían votado a favor del juicio político y este jueves se retractaron. Y tres priístas, Raymundo Arreola, Sergio Ochoa y Wilfrido Lázaro, en “estratégica” ida al baño a la hora de la votación, lo mismo que los dos verdes.
Al final, solo el bloque del resto de priístas y los diputados del PT y Morena, se mantuvieron firmes en empujar por el juicio político en contra del auditor.
¿Por qué le dio frío a los diputados?, ¿a qué le tuvieron miedo?, ¿o solo fue impunidad producto de la solidaridad partidista?
Lo que haya sido es igual: el resultado es el importante. Y el resultado es que este jueves se corroboró, por si alguien aún lo dudara, que en Michoacán la impunidad es la reina de la actividad política, particularmente del Poder Legislativo.
El Centro Michoacano de Evaluación (Cemide) probó que el auditor cayó en desacato hace cuatro años, cuando recibió del mismo Congreso del Estado, su supuesto superior jerárquico, la instrucción de indagar a fondo y a detalle cómo manejó gobierno del estado un crédito contratado con Multiva.
Y tan lo probó, que en comisiones –la de Gobernación y la de Puntos Constitucionales-, se avaló dicha demanda de juicio político, al encontrarse suficientes argumentos. Pero ni Cemide ni la opinión pública contaban con que la bancada perredista movería sus hilos y todo su peso para asegurarse que el auditor no fuera tocado ni con el pétalo de una rosa. Para ello chantajeó al PAN con la alianza electoral que tienen.
La suma de votos de amarillos y azules garantizaba la inmunidad al auditor, pero los tres diputados priístas señalados prefirieron “ir al baño” a la hora de la votación, antes que incomodar a López Salgado.
En el caso de perredistas y panistas, está claro que operó por partida doble el peso del auditor: su militancia en el Sol Azteca y que éste le sabe hasta lo que sueñan todos los diputados, por eso éstos le tienen pavor. En el caso de los priístas Ochoa, Arreola y Lázaro, es obvio que su ida “al baño” fue por el temor de que el auditor filtre información comprometedora, o de plano proceda, dado que todos ellos han sido antes alcaldes o diputados igual, y su paso por esos cargos no ha sido precisamente honorable.
Es decir, quedó claro este jueves, qué diputados no tienen cola que les pise el auditor y por tanto tienen las agallas para ir en su persecución, y quiénes son los que le tienen pavor, porque así estará el expediente que aquel les tiene guardado por si votaban en su contra.
¡Un aplauso, señores diputados!