En política lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno
Konrad Adenauer (1876-1967) Político alemán
Mario Delgado, el inexperto y, a la luz de resultados, también ineficaz dirigente nacional de Morena, sí comunicó personalmente a Cristóbal Arias Solís que la “encuesta interna” de ese partido no le favorecía para ser designado candidato a la gubernatura michoacana, si no a Raúl Morón.
Empero, la reacción inmediata del senador churumuquense, que desde luego no aceptó ese resultado –al estimar que no tenía sentido si por otra parte más de veinte encuestas particulares lo ubican en primer lugar-, originó que ahora se haya tomado la determinación de que la dirigencia morenista contrate al menos a una casa encuestadora, y quizá a dos, para que desarrolle el mismo ejercicio, y cuyo resultado sea determinante en la definición del candidato a gobernador.
El propio Arias, en charla con este reportero, reconoció que, tal y como lo publicó RESPUESTA la semana pasada, Mario Delgado sí le comunicó en persona que no había ganado la encuesta interna de Morena, pero sin entrar en mayores detalles, lo que originó una advertencia tajante del senador: no sólo no convalidaba ese supuesto resultado, sino que una eventual imposición de Morón como candidato, él no la respaldaría, ni por supuesto toda su estructura a nivel estatal, y todo lo que eso significaría en términos de rompimiento de lo poco que queda de unidad en ese partido en Michoacán.
Ante ese amago y la reacción también inmediata del líder del Senado, Ricardo Monreal -el principal impulsor de Arias-, la dirigencia morenista no tuvo más remedio que aplicar una especie de borrón y cuenta nueva, y decantarse por una nueva encuesta, pero ahora contratada a una empresa especializada, y que marcará la definición del candidato. Se supone que en ella sólo participarían Arias, Morón y acaso un par de mujeres, aunque huelga aclarar que sólo los varones tienen posibilidades de triunfo. Las damas entrarían en calidad, con respeto al género, de relleno. El ejercicio se desarrollará en los primeros días de enero.
Arias no lo dice, pero es evidente que el clan Cárdenas maniobra a toda marcha para tratar de cerrarle el paso, empujando por la figura de Morón.
Como sea, Arias, Morón y todo mundo sabe que si el entuerto no se deshace rápido, Andrés Manuel López Obrador tronará y, muy en su talante autoritario y antidemocrático, meterá a todos en cintura con un chasquido de dedos y, finalmente, decidirá quién es el candidato en Michoacán. Y asunto arreglado. Así que el último esfuerzo por darle un sentido mínimamente democrático a esa elección, es la encuesta privada que se hará la próxima semana. A la novela le restan aún varios episodios.
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