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sábado, julio 12, 2025

AUDITOR, ¿Y POR QUÉ NO AL AZAR?

Tras un recuente electoral, sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores

Winston Churchill (1874-1965) Político británico

 

jaimelopezEn el maremágnum informativo del fin de semana anterior, producto natural de la visita del presidente López Obrador, un evento de suma importancia pasó de noche, informativamente hablando, o al menos no se le dio la relevancia que ameritaba: la falta de consenso entre las bancadas del Congreso del Estado impidió que se designara al auditor Superior de Michoacán, como estaba contemplado en la sesión plenaria del sábado. Por ello, ya se sabe, dicha designación fue aplazada para septiembre.

Puede entenderse que en una decisión de tal relevancia, no haya uniformidad de ideas de los diputados ni de sus bancadas, pero no es tan fácil comprender que ni siquiera haya consenso suficiente como para que 27 de aquellos no puedan votar en un mismo sentido.

Y es que si en esta ocasión no pudieron ponerse de acuerdo por lo menos las dos terceras partes de los diputados, no se entiende que al cabo de dos meses lo vayan a poder hacer. ¿Cómo por qué cambiarían los estados de ánimo de aquí a septiembre, como para pensar en que ese mes sí haya consenso?

Claramente, ninguna bancada cedió en sus pretensiones, por más que del universo inicial de dieciséis prospectos, ya el sábado todo se había reducido a una terna, misma que, hay que decirlo, mantenía una lógica: estaban tres de los cuatro candidatos que pasaron el examen de conocimientos, es decir, ninguno de los reprobados llegó a la recta final, lo que sin duda fue sensato.

Y como se antoja complicado que para septiembre alguna bancada ceda, me permito sugerir a los señores diputados un mecanismo que pudiera destrabar el conflicto: de la terna final, y dado que en ella no hay reprobados, todos sus integrantes acreditaron el examen de conocimientos, sacar al azar uno.

Sí, que la suerte decida quién será el auditor. De entrada, admito que puede sonar irracional y hay quien lo tome incluso hasta con mofa, pero la propuesta –que no es mía, la tomo de un planteamiento original de Héctor Chávez, el director de la facultad de Derecho-, tiene alto grado de sensatez si se le ve con profundidad: los tres acreditaron el examen de conocimientos, luego entonces debemos suponer que tienen los conocimientos suficientes para ser designados auditor; se infiere que los tres también tuvieron una comparecencia aprobatoria y es obvio que los tres reúnen los requisitos de ley. Por eso conforman la terna. Así, ¿qué diferencia hace uno u otro?, la lógica dice que ninguna, que daría igual quién sea el auditor, dado que los tres cuentan el perfil requerido.

Y hacerlo al azar, digamos a través de un prosaico disparejo, garantiza que no se imponga ninguna bancada; obvio, el que resulte designado obligadamente sería el candidato de una de ellas, pero la designación sería producto de la suerte y por tanto no se la debería el nuevo auditor a nadie en especial, lo que le daría un mucho mayor margen de maniobra, de libertad e independencia en su trabajo.

Irracional sería que la designación fuera a la suerte pero participando todos los candidatos, porque ahí sí se correría el riesgo de elegir a uno sin el perfil suficiente. Pero si sólo se toman en cuenta los tres que llegaron a la recta final, ese riesgo se anula.

Digo, es propuesta, porque siempre los consensos llevan implícita una carga de sospecha. Mejor el azar.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

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