La libertad, cuando empieza a echar raíces, es una planta de rápido crecimiento
George Washington (1732-1799) Primer presidente de Estados Unidos
Supongo que el gobernador Ramírez Bedolla trató de ser políticamente correcto al referirse este lunes al conflicto por el control de la Casa de Estudiantes Isaac Arriaga. Dijo que el gobierno no intervendrá, pese a los evidentes delitos flagrantes que se cometieron y se siguen cometiendo en ese lugar, debido a que debe respetarse la autonomía universitaria, y solo que la autoridad nicolaita lo solicite, el gobierno tomaría cartas en el asunto.
Pero aun tratando de no echar más leña a la hoguera, está claro que el mandatario se equivoca al invocar la autonomía de la Universidad Michoacana para justificar la inacción policiaca ante los delitos flagrantes que cometieron en la vía pública y dentro del inmueble, tanto moradores de la referida Casa de Estudiantes, como los integrantes del mafioso Frente Nacional de Lucha por el Socialismo: lanzamiento de cohetones, persecuciones con palos y machetes, golpizas brutales entre unos y otros. De hecho, la invasión del vetusto edificio por integrante de ese Frente, es en sí misma una violación a la ley. Ninguno de esos delitos, al ser flagrantes, demandaría siquiera denuncia previa para que la Policía actuara.
Dijo textual Bedolla: “nosotros solo podemos actuar si hay solicitud de las autoridades universitarias; las casas de estudiantes, escuelas, CU, son territorio universitario y solo podemos actuar en base a una denuncia que presenten las autoridades universitarias. Si es un acto delictivo se presenta ante la Fiscalía General del Estado y nosotros actuamos en respaldo, pero no podemos entrar así porque sí, porque es territorio universitario, es un tema que si en torno a la casa Isaac Arriaga hay presencia de la Secretaría de Seguridad Pública para que no se cometan delitos, pero ya en la casa ahí es responsabilidad directa de las autoridades universitarias, nosotros actuaremos como respaldo siempre y cuando a solicitud oficial”.
Es probable que Bedolla tratara de enviar un mensaje conciliatorio, pero de cualquier forma ello no justifica que caiga en una inexactitud tan peligrosa: él sabe, o debe ser informado de ello, que la autonomía universitaria no significa un manto de impunidad o un fuero para ningún inmueble ni para ningún ncolaita. Ante un delito de cualquier tipo, sobre todo en flagrancia, la Policía debe actuar sin importar si se está dentro o fuera de algún recinto universitario.
La autonomía para la Universidad está relacionada con su libertad de cátedra, de administración y de manejo presupuestario, pero no para que bajo ese concepto la autoridad civil no cumpla su obligación de intervenir cuando hay delitos flagrantes, para lo cual ni los terrenos universitarios ni ningún otro están exentos.
Es altamente delicado que el gobernador empleé hasta en dos ocasiones el término de “territorio universitario” en una alusión implícita a un escenario de impunidad, porque alimenta justo la tesis de grupos porriles e incluso de algunas trasnochadas autoridades nicolaitas, de que la Policía “no puede” ingresar a recintos universitarios. Nada más falso.
Ramírez Bedolla no puede caer en el mismo yerro. Su papel como gobernador le obliga a definir con claridad que para la ley no hay cotos de impunidad de ninguna clase. Veremos si rectifica o se mantiene en esa peligrosa postura.
twitter@jaimelopezmtz