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sábado, agosto 16, 2025

BEDOLLA, CAMBIO DE CHIP

Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra; basta decir lo que se piensa

Martin Luther King (1929-1968) Pastor bautista

 

jaimelopezPor razones obvias, Alfredo Ramírez Bedolla, a contra pelo de la mayor parte de sus antecesores, no se preparó para ser gobernador y por ende no tenía un plan ni el equipo humano para ejercer el cargo. Las circunstancias le llevaron a la gubernatura, pero ello también tiene un lado positivo: en teoría al menos, llega con menos compromisos, más margen de maniobra política. De él dependerá qué pesa más de los pros y contras de ese fenómeno.

Por lo pronto, está claro que este inicio de gobierno está resultado para él un curso intensivo, súper intensivo de aprendizaje y, ante todo, de asimilar que una cosa es la posición natural del opositor, y otra, diametralmente opuesta, la de ejercer el poder. Es de esperarse que ese curso sea lo más breve, porque el mundo parece venírsele encima.

Apenas hace un mes, aun como gobernador electo, pero no en funciones, criticaba duramente que su antecesor Silvano Aureoles pretendiera que el Congreso del Estado le autorizara vender bienes inmuebles propiedad del gobierno, para hacerse de recursos frescos para encarar la multiplicidad de compromisos financieros. Hoy, Bedolla debe hacer mutis porque está obligado a seguir los pasos de Aureoles.

No hace mucho, en plena campaña, garantizó que como gobernador no contrataría un peso más de deuda. Ahora, ha tenido que comer sapos y apenas cumplidos diez días de gestión, ya había recurrido al banco por 1,400 millones de pesos.

Como opositor, más en tratándose de Morena, siempre se puso del lado de las demandas magisteriales porque evidentemente iban dirigidas a minar al gobierno de Aureoles. Hoy, Bedolla está sintiendo el rigor de un cártel que, como el de la Cnte, no entiende de “amistades” sino de negocios.

Desde la oposición, Bedolla tuvo siempre posiciones de severa crítica hacia la ineficacia gubernamental para enfrentar a la criminalidad y para reducir los índices delictivos en la entidad. Crítica, hay que decirlo, absolutamente justificada. Solo que hoy, la realidad lo está superando peligrosamente, y su gobierno, como el de Aureoles y el de todos en el país, se muestra incapaz de siquiera asomar la cabeza ante la ola incontrolable de violencia por todo el territorio estatal.

Alfredo Ramírez Bedolla, en síntesis, está viviendo en carne propia lo que significa gobernar un estado como Michoacán. Ha dejado la comodidad del sillón opositor para ubicarse detrás del escritorio donde se toman decisiones. Un mundo de diferencia y de responsabilidades. Es deseable que avance lo más rápidamente posible en el cambio de chip. Creo que tiene la capacidad para hacerlo, solo que lo que no tiene es tiempo, no al menos de sobra. Veremos.

twitter@jaimelopezmtz

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