Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer lo posible imposible
Bertrand Rusell (1872-1970) Filósofo británico
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla se encuentra en un punto de inflexión, que sin duda marcará su administración. Los normalistas y sus acciones delincuenciales lo han colocado en un momento crucial de su incipiente administración.
A la luz del rumbo que han decidido tomar éstos, en su demanda por medidas irracionales e ilegales por parte del gobierno del estado, Ramírez Bedolla tiene la oportunidad de enviar el mensaje de firmeza institucional que le demanda Michoacán.
El vandalismo normalista de este miércoles en Morelia, con el incendio de camiones de empresas distribuidoras de refrescos, obliga al gobernador Bedolla a dejar de lado las complacencias e incluso todo diálogo, para ordenar la única actuación valedera: el encarcelamiento de los jóvenes delincuentes disfrazados de estudiantes.
El gobernador cometería un craso error que le marcaría en su gobierno, si en este momento cede al chantaje de aquellos y ordena a sus secretarios de Gobierno y de Educación sentarse a negociar con los líderes del cártel normalista. El gobierno no puede dialogar con delincuentes, les debe aplicar la ley. Punto.
Hay varios rubros de la problemática estatal cuya solución está fuera del alcance de Bedolla. Confrontar a los cárteles del crimen organizado, por ejemplo, dado que solo la Federación tiene la capacidad para ello. Resolver la crisis financiera es imposible sin el concurso federal, lo mismo que la del sector educativo. Empero, un fenómeno que sí tiene en sus manos es el del cáncer que representan los normalistas. Para ello no requiere de ningún tipo de respaldo ni autorización federal. Es decisión exclusiva suya la orientación del tratamiento que se le dé.
Siendo, pues, uno de los pocos renglones de la gravísima problemática estatal, que sí está en sus manos resolver, o al menos intentarlo, Bedolla no puede dejar pasar la oportunidad. Tiene que tomar al toro por los cuernos, con todo y el riesgo de inestabilidad que ello implica. No puede, insisto, bajo ninguna circunstancia sentarse a negociar con los normalistas, debe hacer valer el estado de derecho y aplicarles la ley. No hacerlo hoy le significará perder acaso su más importante oportunidad en ese sentido. Si no lo hace le habrán tomado la medida y será materialmente imposible revertir el camino después.
Mal comienza la semana para el que ahorcan el lunes, dicen. Bedolla debe evitar ser él el ahorcado en lunes. Si se decide, tiene la oportunidad de colocar en el cadalso más bien a los delincuentes de las Normales. En el cadalso de la ley. Es deseable que así suceda. Nadie le reprochará, al contrario. Veremos.
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