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jueves, octubre 24, 2024

BEDOLLA Y EL FANTASMA DE LORET

Siempre serán posibles las recaídas en el autoritarismo

Mikhail Gorbachev (1931-2022) Presidente de la Unión Soviética

Si el consorcio empresarial que dirige Cristian González Guadarrama brindó servicios como proveedor en rubros relacionados con el sector salud al gobierno de Michoacán, por 698.8 millones de pesos durante, y lo hizo de forma transparente, ganando licitaciones o cumpliendo los requisitos legales si fue contratado por adjudicación directa, cumplió a cabalidad los servicios, equipo o productos comprometidos, y pagó sus impuestos correspondientes, ¿cuál es el problema?

Contratado por Silvano Aureoles y refrendado por Alfredo Ramírez Bedolla, no hay indicios de que el consorcio haya incumplido cualquier parte del contrato con firmó con el gobierno del estado. Hasta ahí, todo bien…pero. Sí, hay un pero: ese consorcio también es dueño de Latinus, la empresa periodística que tiene como figura estelar a Carlos Loret de Mola. Y solo por esa razón, el presidente López Obrador le puso el dedo encima y ordenó a su sabuezo Pablo Gómez iniciar una cacería en contra del consorcio y del periodista, por ser éste el autor de la mayor parte de publicaciones que han desnudado que el gobierno del tabasqueño es tanto o más corrupto que el de sus antecesores.

Ahora, la temible UIF de Gómez no solo ha expuesto ilegal y peligrosamente los montos contratados al consorcio por gobiernos estatales, sino evidenciado a éstos como una especie de “traidores” por pagarle a un empresario que cometió el pecado de tener a Loret en sus filas. ¿En qué parte de la ley dice que está prohibido que un consorcio tenga múltiples empresas, cada una fiscalmente individual, incluso con orientaciones nada vinculadas entre sí, como salud y periodismo? En ninguna, pero en la fascista visión de López Obrador, sí, sobre todo si en medio se encuentra un periodista incómodo.

Así, en estricto sentido Ramírez Bedolla no debiera preocuparse por contratar a dicha empresario servicios y productos del sector salud. El problema es que no es un gobernador institucional, sino peón de un movimiento ideológico, y por ende ahora enfrenta una demanda de dicho consorcio por cancelarle sin justificación alguna contratos que aún estaban vigentes. Bedolla se espantó de que López Obrador le considerara “traidor” y prefiere correr riesgos de demandas civiles.

Así de endeble y frágil de carácter es el gobernante michoacano. Y luego se alarma de que en redes sociales comience a cobrar fuerza la posibilidad de que le sea retirada la gubernatura, para dar paso a un interinato.

Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan 84 días.

X@jaimelopezmtz

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