Es difícil liberar a los necios de las cadenas que veneran
Voltaire (1694-1778) Filósofo francés
En un principio, parecía cosa de mero trámite que la Corte desechara la burda y demencial violación a la ley que orquestaron el ahora gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, y la 4T, con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, como asesora jurídica, para que aquel se auto ampliara el periodo de su gobierno de dos a cinco años.
Casi todo mundo ha venido augurando con optimismo, que es tan evidente la violación a la Constitución, que cualquier estudiante de Derecho, aún en su primer año, con la mano en la cintura ganaría el recurso jurídico para echar abajo dicha barbaridad. Todo es cosa, decían esos optimistas, de esperar a que se dieran los tiempos para que los entes facultados para interponer recursos de inconstitucionalidad en la Corte, lo hicieran y en menos que canta un gallo ésta anulará la Ley Bonilla.
Y sí, llegó ese tiempo una vez que se publicó en el Periódico Oficial de Baja California que dicha ley entraba en vigor. Primero el propio gobierno de ese estado, luego el Instituto Nacional Electoral y al final todos los partidos políticos, a excepción obviamente de Morena y sus rémoras, PT y Encuentro Social, acudieron a la Corte a presentar un recurso de inconstitucionalidad.
Pues ahora sólo es cosa de días para que la Corte termine con la patraña bajacaliforniana, pensaron esos optimistas.
Empero, tres señales se han venido presentando en las recientes semanas, que obligan a comenzar a ir perdiendo ese optimismo y confianza en la Corte: primero, el presidente López Obrador no dio la orden a su consejería jurídica para que interpusiera ese recurso, lo que equivale a que él avala de facto la Ley Bonilla; segundo, el indecoroso desliz de la secretaria Sánchez Cordero, aplaudiendo el arribo de Bonilla, su espaldarazo a los cinco años de gestión y, lo peor, dejando claro que ha habido la asesoría desde su escritorio para la conformación de dicha ley; y tercero, apenas este miércoles, el rechazo de la Corte al primero de los ocho recursos interpuestos, el del INE, por “notoriamente improcedente”.
Quedan los trámites del gobernador anterior a Bonilla y el de los partidos políticos, pero lo de este miércoles puede ser un aviso que envía la Corte respecto al desenlace de dichos recursos, para alarma de quienes aún confían en el Poder Judicial Federal. De terror pensar en la posibilidad de que la 4T también dobló ya a la Corte y que la Ley Bonilla pasará. Se terminaría de derrumbar lo poco de estado de derecho que queda en este país.
La resolución de la Corte al resto de los recursos, puede ser un auténtico parte aguas en la vida democrática de este país. Un rechazo a esos recursos sería la última palada de tierra al ataúd que adentro lleva al estado de derecho mexicano. Al tiempo.
twitter@jaimelopezmtz