Dichoso aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición
George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés
El Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana ha amagado con arreciar la virulencia de sus movilizaciones para presionar a la autoridad nicolaita al cumplimiento de una serie de pagos retrasados tanto de salario como de bonos para sus agremiados. Y así como ese sindicato, otros tanto del sector educativo, con el cártel de la Cnte a la cabeza, como de diversos rubros gubernamentales, cierran el año con la misma exigencia.
En estricto sentido, la razón les asiste, dado que los pagos no cumplidos por la autoridad, sea de gobierno o universitaria, están contemplados en los respectivos contratos colectivos de trabajo. Cierto, muchas de las prestaciones sindicales se refieren a bonos que resultan ofensivos y groseros, pero mientras estén registrados en dichos contratos, son legales. Inmorales, pero legales.
Dando pues por sentado que los sindicatos que amagan con paralizar la actividad oficial este fin de año, tienen razón en sus demandas, no deja de llamar en todo caso la atención su falta de sensibilidad.
La burocracia es un sector privilegiado históricamente, pero más aún en este año de pandemia y por ende de paralización de actividades tanto en gobierno como en las escuelas, porque la inmensa mayoría de los burócratas no han tenido que presentarse en sus centros de trabajo y a muchos de ellos de plano les ha tocado vacaciones ya casi un año.
No es su culpa, cierto, pero deben tener claro que quedarse en casa les ha significado un importante ahorro de dinero, y su salario lo han recibido íntegro, vayan o no a laborar. Lo mismo con los bonos, algunos de los cuales son francamente ridículos hoy día: por ejemplo, hay bono de asistencia puntual para burócratas y maestros, que se paga aunque el trabajador esté en su casa, así que ¿asistencia puntual a dónde?
Ese beneficio de cobrar sin trabajar, sólo lo tienen los burócratas. Los empleados del sector privado o los que laboran por su cuenta, si no chambean no comen. Así de fácil. En ese sentido, es que me parece que entre burócratas y maestros falta consciencia para entender el nivel de privilegio en que han sorteado este año de pandemia. Al menos en la recta final del mismo, cuando los gobiernos más problemas económicos tienen, bien harían los sindicatos en ser más responsables y sobre todo conscientes. La pérdida de empleos sólo se ha registrado en el sector privado, así que exigir bonos y canonjías groseras en este momento es ofensivo para el resto de la clase trabajadora.
Sé que es mucho pedir, pero un mínimo de realismo no vendría mal para los sindicatos de la burocracia. Ya es un logro que no todo mundo tiene el mantener el trabajo, como para exprimir al gobierno con exigencias absurdas. Aunque en realidad es exprimir a los que preservamos, contra viento y marea, nuestro trabajo y con nuestros impuestos debemos mantener a la burocracia. twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com