En política lo importante no es tener la razón, sino que se la den a uno
Konrad Adenauer (1876-1967) Canciller alemán
Siempre la detención de un líder criminal debe aplaudirse, más allá de que invariablemente, al menos en México, sea selectiva: a un cártel sí, a otro no.
Que José Antonio Yépez Ortíz, “El Marro”, haya sido detenido la madrugada de este domingo por el Ejército, no es para menospreciar, es un golpe importante para su cártel, dedicado originalmente al robo de gasolina y luego extendido a todas las demás vertientes propias de los grupos delincuenciales en el país, como el secuestro y el cobro de piso, básicamente.
Espero, no puede perderse de vista tampoco que la detención de El Marro por sí misma no va a reducir en absoluto los delitos y el nivel de criminalidad y violencia que tienen a Guanajuato en la cima de las estadísticas rojas, estado no hace mucho de los menos problemáticos en ese sentido, amén de los más productivos del país.
Cada gobierno ha dado golpes espectaculares con detenciones de alto impacto, pero en ningún caso ello ha servido para abatir, o siquiera reducir, la criminalidad y la acción de los cárteles. La razón es simple: jamás se ha ido por el crimen organizado como tal, se va por algunos capos y nada más. Así ha sido siempre y así sigue siendo ahora.
El Marro se exhibirá como trofeo de la 4T, y es válido, pero aun suponiendo que su cártel fuera desarticulado, que no parece, ello sólo servirá para abonar el camino al otro grupo delincuencial, de hecho el más fuerte del país, el Jalisco Nueva Generación, que sin opositores enfrente podrá terminar de adueñarse de ese y los demás estados del centro del país. Así opera el fenómeno.
Por eso, mientras todo se reduzca a la detención de alguno que otro capo, que es plausible, insisto, pero en tanto se quede en ese nivel, el crimen organizado sólo cambiará de cabezas, nada más. En teoría, el siguiente gran objetivo del gobierno sería Nemesio Osegueda, El Mencho, el líder del cártel jalisciense; es de esperarse que se logre, aunque si también todo se reduce a su eventual aprehensión, no pasará del golpe mediático. Del cártel de Sinaloa, No parece haber indicios de que siquiera en el papel el gobierno lo tenga en la mira, todo lo contrario, es claramente el grupo “consentido” de la 4T, como efectivamente cada gobierno ha tenido uno.
Por alguna razón que sólo puede tener como base de explicación la corrupción y la connivencia, loa gobiernos mexicanos jamás han querido ir contra el crimen organizado en su sentido amplio, se han conformado con algunos capos más por efectos de imagen que de efectividad. Hoy, no parece ser la excepción. Al tiempo.
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