La vocación del político de carrera, es hacer de cada solución, un problema
Woody Allen (1935-¿) Director de cine norteamericano
No por previsible, deja de ser una pena el cierre del periódico Cambio de Michoacán, una verdadera lástima.
Vicente Godínez Zapién lo creó en la década de los noventa, no como una competencia real para el, en ese tiempo, todo poderoso La Voz de Michoacán, pero sí para constituirse en una opción periodística para sectores de corte progresista, de alguna manera más identificados con la izquierda, aunque tampoco cerró sus puertas a visiones de toda índole.
Y puede decirse que lo logró; en realidad ninguno de los otros periódicos, excluyendo a La Voz por supuesto, consiguió el posicionamiento como opción plural y de periodismo de investigación como Cambio.
Alcanzó a ubicarse como un referente obligado en el periodismo michoacano por un par de décadas, incluyendo plumas de primer nivel tanto en su Redacción como entre sus articulistas.
Pero el destino también alcanzó a Cambio; un destino cifrado en el avasallamiento que en la última década imponen el internet y las redes sociales.
De los medios “tradicionales”, es claro que las primeras víctimas de esa embestida son los periódicos y revistas, hoy en una vorágine de cierres; la televisión se ubica en segundo lugar y seguramente la radio será la que resista más tiempo la presión del mundo digital y del internet, que ganan a paso arrollador no solo publicidad sino lectores y un auditorio potencialmente ilimitado.
Antes de Cambio, cerraron sus puertas La Jornada Michoacán y Provincia, y el Sol de Morelia parece tener los días contados. La misma Voz de Michoacán enfrenta serios problemas de subsistencia.
El fenómeno es desde luego nacional, aunque acentuado en provincia.
Como sea, es una pena el cumplimiento de los augurios sobre el cierre de Cambio, no solo por el desempleo en que queda mucha gente valiosa en el mundo informativo, sino por la cancelación de un espacio, otro más, para ejercer la libertad de expresión, tan en riesgo hoy día en México.
Mi reconocimiento al esfuerzo cotidiano de Godínez Zapién y de decenas de periodistas, articulistas, administrativos y talleristas que por casi treinta años volvieron a Cambio en una lectura obligada, al menos en los círculos ideológica y académicamente mejor preparados. Me apena mucho la suerte que corrió el proyecto.
Un saludo y mi solidaridad para todos ellos.
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