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sábado, julio 19, 2025

CAPRICHOS IMPERIALES

Una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o democracia

Theodore Roosevelt (1858-1919) Presidente de Estados Unidos

 

jaimelopezContra viento y marea, contra las voces más objetivas e imparciales y contra el más elemental sentido común, el presidente López Obrador está aferrado -¿o encaprichado?- en mantener sus tres obras emblemáticas en pie, cueste lo que cueste, así sea previsible que se constituirán en auténticos elefantes blancos. Lo peor, es que lo hace en medio de la más espantosa crisis económica que se avecina, atizada por la pandemia de salud.

El presidente, está claro, ha perdido el sentido de la realidad. Mental y emocionalmente no está en condiciones de normalidad y ello le lleva a tomar decisiones absurdas, contra toda lógica.

Cualquier otro presidente, el que fuera, el más ineficaz, ya habría aplazado, si no es que cancelado, la construcción de la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía, para reorientar los cientos de miles de millones de pesos autorizados para este año a dichas obras, al sector salud. Hoy, en cualquier mente lúcida, más aún, en cualquiera que reaccione con normalidad, la prioridad sería el sector salud, así como enfrentar la crisis económica en puerta, no obras faraónicas que si nunca se justificaron, ahora menos que nunca. Cualquier mente lúcida, cualquiera normal, por eso no López Obrador.

La refinería se inaugurará, si alguna vez se inaugura, cuando el petróleo esté en la fase final como fuente de energía en todo el mundo, cuando nadie lo requiera ya. Estupidez la construcción de Dos Bocas. El aeropuerto de Santa Lucía, ya lo han alertado los expertos, aun poniéndose en funcionamiento, jamás será una solución para las exigencias de aeronavegación del país, y es altamente probable que cualquier otro gobierno retome en su momento el proyecto original de Texcoco, con todo y que tenga que enterrar el dinero invertido en Santa Lucía. Otra estupidez más. Y el solo hecho de devastar miles de hectáreas de manglares, descalifica en automático al Tren Maya, cualquiera que sea su destino.

Indigna que literalmente se vayan a la basura cientos de miles de millones de pesos en obras sin mayor justificación, mientras en hospitales no hay insumos básicos para enfrentar la pandemia, y mientras miles de negocios cierran al día por todo el país, con la consecuente pérdida de millones de empleos, y no exista una sola medida para contener la crisis económica.

No sé si alguna vez López Obrador recobrará el sentido de la realidad. Si se llega a “curar”, espero no sea demasiado tarde para el país.

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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