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sábado, julio 12, 2025

CASTILLO, OTRA VEZ CASTILLO

Lo decisivo para actuar en política, es la pasión moral

Theodor Heuss (1884-1963) Político alemán

 

jaimelopezDe acuerdo con lo comentado a reporteros por algunos allegados a Alfredo Castillo Cervantes, que aún constituyen una legión bastante numerosa por cierto, éste desistió de última hora de acudir al homenaje que el gobierno de Michoacán rindió a José Martín Godoy Castro, así como al doctor Germán Ortega y a los dos pilotos del helicóptero accidentado el miércoles en Villa Madero.

Este jueves a primera hora, parecía que Castillo había confirmado su asistencia al evento, en Palacio de Gobierno. Evidentemente, su presencia tendría relación sólo por su amigo Godoy Castro, pero claramente despertaba polémica.

Castillo era, es, ya se sabe, ave de tempestades, porque donde se ha parado, al menos en actividades relacionadas con el servicio público, levanta polémica, genera críticas, las más, y reconocimientos, los menos.

Si fue como procurador de Justicia del Estado de México, su actuación siempre fue ligada a la suspicacia, con el tristemente célebre caso Paulette como emblema. Más recientemente su paso por la Comisión Nacional del Deporte fue también de la mano de la polémica.

Y ni hablar de Michoacán, sin duda la responsabilidad más grave de las que ha tenido: Enrique Peña Nieto, su amigo y protector, lo envió como auténtico virrey a enseñorearse de tierras purépechas. Le dio título plenipotenciario y Castillo lo aprovechó a cabalidad para hacer y deshacer, casi siempre al margen de la ley, en el estado, al que gobernó de facto de 2014 a 2015, y lo hizo a su antojo.

Su desaseo político y legal, su prepotencia y arbitrariedad, le generaron anticuerpos de toda índole. En ciertos momentos su actuar se tradujo en resultados positivos, pero en la mayor parte de ellos usó siempre el cobijo presidencial que traía para chantajear a muchos políticos y servidores públicos, de su partido y de otros, y para pisotear impunemente la ley.

Por eso, no era en absoluto descabellado que aún en una ceremonia formal y solmene como la prevista para este jueves al mediodía en Palacio de Gobierno, hubiera quien le espetara sus excesos durante su paso por Michoacán.

Así, y por difícil que parezca entenderlo, a la luz de su carácter prepotente, Castillo habría aceptado la sugerencia que aparentemente le formularon algunos de sus allegados, en el sentido de que su presencia en el homenaje a su amigo Martín Godoy, lejos de pasar inadvertida, provocaría posibles reclamos y escenarios bochornosos. Ahora que sí fue él mismo el que leyó la realidad, pues querrá decir que al menos una pizca de sensibilidad le queda aún.

Como sea, mucho se ganó con su ausencia. Ni modo, lo que se cosecha, se siembra.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

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