Muchos jueces son incorruptibles; nadie puede inducirlos a hacer justicia
Bertolt Brecht (1898-1956) Poeta alemán
El gobernador Ramirez Bedolla anunció este lunes que ha ordenado al general José Alfredo Ortega Reyes, secretario de Seguridad Pública, que cese fulminantemente a Edgar Urvan Carbajal como director de agrupamientos de la dependencia. La decisión no obedece a una actuación ineficaz, al incumplimiento de determinada instrucción, o a ser pillado en algún acto de corrupción o de cierta irregularidad, sino a que se le vincula con el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Es una decisión absolutamente discrecional de un gobernante armar sus cuadros de trabajo. No hay en México parámetros de eficacia o productividad en los que se base la contratación o el cese de un funcionarios público, pero no parece ser lo más razonable ni sensato cesar a un trabajador solo por sus antecedentes laborales, siempre y cuando éstos no se encuentren manchados.
Se señala a Carbajal como policía que durante el sexenio federal anterior trabajó como escolta de Angélica Rivero, esposa del presidente Peña Nieto. Hasta donde se sabe, no hay sobre él ningún tipo de acusación ni señalamiento. Se infiere por ende que es un policía eficaz, pero eso no le alcanzó para mantenerse en su chamba de Seguridad Pública en Michoacán. Su pecado es haber trabajado en el gobierno peñista.
“Nada de Peña Nieto” en este gobierno, sentenció Bedolla en su rueda de prensa de los lunes, cuando le preguntaron la razón del cese de Carbajal, para rematar con un irónico “cruz, cruz…”
Me parece que Ramírez Bedolla incurrió en algo muy cercano a una injusticia, porque una cosa es actuar con mano dura cuando de poner orden se trata en un gobierno, sobre todo en tratándose de ineficacias o corrupciones, pero otra es cerrarle la oportunidad laboral a alguien solo por pruritos de orden político, personal o ideológico. Trabajar en determinada administración pública o en una empresa privada, no compromete criterios ni condiciona por ese solo hecho prendas como la ética y el servicio. El hoy gobernador lo sabe, dado que ha trabajado en diferentes gobiernos. Bedolla tiene fama de mesurado y ecuánime incluso en temas álgidos como la política. Es de esperarse que no pierda esas prendas. A nadie sirve si eso pasa.
Y a la pesadilla ya sólo le quedan 588 días.
twitter@jaimelopezmtz
