Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela
Alberto Einstein (1879-1955). Físico alemán
Me tundieron en redes y en mensajes privados no pocos lectores por mi columna anterior (https://www.respuesta.com.mx/index.php/secciones/analisis/33-jaime-lopez-martinez/57962-centenario-de-crisis.html), en la que expongo la necesidad de que la Universidad Michoacana de plano se declare en quiebra y cierre la cortina, para dar paso a la conformación de un nuevo concepto institucional, es decir, en los hechos crear una nueva universidad, sin los vicios y prácticas insanas y corruptas que han llevado a la nicolaita al borde del abismo.
El comentario menos severo que me hacen, se refiere a que con la reforma al régimen de jubilaciones y pensiones, hoy detenida y en el limbo, se podría superar la crisis financiera de la universidad.
De que serviría la reforma, sin duda, pero tampoco sería una solución integral, definitiva. Serviría, en el sentido de que los empleados y profesores que a partir de ahora se incorporen, ya laborarían 35 años, no 25 como los actuales, y que a diferencia de éstos, ya tendrían que aportar parte de su salario para la conformación del Fondo de Jubilaciones y Pensiones. En ese marco, por supuesto las finanzas nicolaitas recibirían un respiro, que algo, quizá en mucho, serviría.
Pero si con todo y esa reforma, se mantienen otras debilidades universitarias, como la vigencia de las casas de estudiantes, la contratación indiscriminada y sin justificación de personal docente y no docente, las disfrazadas aviadurías y muchos factores negativos y peligrosos más, de poco ayudaría la multicitada reforma al régimen de jubilaciones.
Y ni hablar de lo pernicioso que serán siempre para la universidad, sus dos sindicatos, convertidos en los auténticos depredadores de las finanzas de la misma. Solo con un borrón y cuenta nueva, con un cierre de cortinas, y la consecuente liquidación de todo su personal, para dar paso a la contratación de nuevos trabajadores y profesores en el número realmente justificado, podrían desaparecer ambos sindicatos.
Mientras éstos tengan vida y sigan por tanto dominando y engulléndose todos los recursos financieros de la institución, poco o nada avanzará ella en los rubros que en teoría serían los fundamentales, como el de la calidad y cobertura educativa y de eficiencia en investigaciones y posgrados, por ejemplo.
Por eso, y con todo respeto desde luego para quienes opinan en contrario, sostengo que la solución no tiene otra vía que el cierre de la universidad y la creación, desde cero, de una nueva. Todo lo demás, serían solo paliativos, y un moribundo demanda cirugía mayor, reconstructiva, no mejoralitos. Veremos.