La democracia es el peor de los regímenes, excluidos todos los demás
Winston Churchill (1874-1965) Político británico
No fue, en absoluto, una buena jornada la de este lunes para el gobierno del estado, ni para la legalidad en la entidad. Fue una jornada, en cambio, donde se fortaleció la cultura del chantaje y la perversión como instrumento eficaz de maniobra del que sin duda es el enemigo público número uno de Michoacán: la CNTE.
La cronología de este lunes es fácil de describir: a primera hora las hordas centistas penetraron por la fuerza en Casa de Gobierno, obligando a Carlos Torres Piña, secretario de gobierno, a suspender la conferencia de prensa de los lunes, que él encabezaba en lugar del gobernador Ramírez Bedolla. Increíblemente, dado el perfil de quienes integran ese sindicato, éstos no hicieron destrozos en el lugar.
Tres horas después, instigados por el jefe del cártel, Gamaliel Guzmán, chocaron con fuerzas policiacas que trataban de impedir que causaron destrozos en Palacio de Gobierno. En la refriega resultó herido un centista y lamentablemente una mujer policía que perdió un dedo de la mano.
Sorpresivamente, el jefe centista y quince más de sus agremiados fueron detenidos, pero en esa calidad estuvieron apenas unos minutos, porque casi de inmediato los policías recibieron la orden de liberarlos.
Por la tarde, Guzmán y los demás detenidos volvían al plantón centista frente a Palacio en calidad de héroes. Y como lo que no mata, fortalece, este lunes la CNTE salió airosa y más fuerte que nunca. ¿Quién dio la orden de detener a los centistas, sabiendo que a éstos no se les puede tocar en la 4T? Un alto mando de este gobierno que actuó o con ingenuidad o con dolo. No hay más. Era evidente que el gobernador Bedolla no iba a avalar esa detención, así se hubiera dado en cualquier acto delincuencial flagrante. La CNTE, ya se sabe, tiene patente para delinquir en absoluta impunidad.
Bajo esa lógica, ¿para qué detenerlos? Es peor el ridículo en que meten a los policías y al propio gobierno. Si ya la impunidad es el signo de nuestros días, y no hay la menor voluntad gubernamental de revertirla, es ocioso y hasta contraproducente la «osadía» de ordenar detener a quien tiene libertad de delinquir en Michoacán.
Es claro que la CNTE tiene bien medido al gobierno, y este lunes disipó cualquier duda respecto de quién lleva el sartén por el mango. La CNTE es hoy más dueña que nunca del estado. Patético.
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