En la vida hay algo peor que el fracaso: no haber intentado nada
Franklin D. Roosevelt (1882-1945) Presidente norteamericano
En el gabinete de Salud se han prendido las alarmas por la absoluta falta de control y de aplicación de protocolos sanitarios, en el marco de la pandemia, en el sector del transporte público. En la Secretaría de Salud y en la misma Casa de Gobierno, hay alarma por la incapacidad total de la Comisión Coordinadora del Transporte, la Cocotra, para que en las combis, camiones y taxis se apliquen dichos protocolos.
La grave preocupación del gabinete de Salud es justificada, pero a nadie extrañar: la Cocotra, con Marco Antonio Lagunas al frente, es más un apéndice de las uniones de transportistas que una oficina ejecutora de políticas públicas en el sector. Es, en la realidad, una oficina que vela por los intereses de los transportistas, que está al servicio de ellos, no del gobierno, menos de la población usuaria.
La Cocotra es incapaz de aplicar una sola medida que dañe a los transportistas, por más que éstos se hayan convertido en el verdadero foco rojo en la proliferación de la pandemia. Es sólo cosa de observar el caos absoluto que es el sector: choferes sin cubre bocas, salvo excepciones; unidades atiborradas de usuarios, casi todos sin cubre bocas también, en las que la sana distancia parece una broma macabra; el gel en ellas es objeto decorativo, si es que llega a haber.
Así, es fácil comprender por qué las combis y los camiones del servicio urbano, y un poco menos los taxis, se han convertido en el verdadero foco de proliferación de casos de contagios. Se sabe incluso de un brote de ellos entre conductores de algunas rutas, aunque el asunto se ha mantenido en total sigilo. Y a todo ello, la Cocotra de Lagunas es un cero a la izquierda, porque los compromisos y complicidades que se tienen con los líderes del sector, imposibilita cualquier posible medida tendiente a perjudicar a los concesionarios, no importa que en medio quede la población usuaria, como la que paga los platos por la inacción criminal de la Cocotra.
Si en algunas rutas de combis en esta capital hay medidas sanitarias, como en cierta medida ocurre en la gris, se debe más a las órdenes dadas por los líderes, no por la autoridad, sometida a aquellos.
¿De qué privilegios goza Lagunas, que pese a ser directamente responsable del caos y el peligro descrito, sigue tan campante al frente de la Cocotra? No lo sé, pero lo único cierto es que su incapacidad para meter orden en el sector, está contribuyendo directamente a la proliferación de la pandemia.
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