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jueves, septiembre 4, 2025

COMO EL PERRO DEL HORTELANO

El que no quiera vivir sino entre justos, viva en el desierto: 

Séneca (4 a. C. – 65 d. C.) Filósofo romano

El PRD está sembrando lo que cosechó. De formar parte de la trilogía de los partidos “grandes”, junto con PRI y PAN, antes de la irrupción morenista, hoy el PRD no solo perdió el registro nacional y por ende es un partido local, sino que navega sin rumbo, sin brújula.

En sus épocas de gloria aspiró con legitimidad a la Presidencia de la República, y cerca estuvo de alcanzarla. Varias gubernaturas, senadurías y diputaciones se agenció a lo largo de tres décadas. Las luchas fratricidas y la falta de liderazgos institucionales, le marcaron su destino. En tres décadas sólo tuvo dos caciques al frente, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador. Cuando a éste último le estorbó el partido, creó otro y ya conocemos la historia: Morena se encumbró y el PRD se fue al barranco.

Pero lejos de tratar de salir de ahí, ya como partido pueblerino, el llamado Sol Azteca parece empeñado en auto inmolarse. En su desesperación formó alianza en el 24 con PRI y PAN, pero a ambos traicionó en cuanto pasó la elección, guiñando el ojo a la 4T, donde en primera instancia fue aceptado pero en calidad de arrimado. Hoy, como el muerto, también rápido comenzó a apestarle a Morena, que ya de plano advirtió que ni lo quiere ni lo aceptará en su alianza, donde solo caben PT y Verde.

El caso de la senadora Araceli Saucedo ilustra lo que es su partido: ganó el escaño en la Cámara Alta con los votos panistas, pero rápido le dio la espalda para dejarse enamorar por la 4T, que en realidad sólo la usó, y cuando ya no le requiere le manda decir que ni suene con una alianza.

Y ahora, ya reducido a partido michoacano, se ha quedado como el perro del hortelano: ignorado por PRI y PAN, pero también ninguneado por Morena. El dirigente del perredismo, Octavio Ocampo, se engalla y advierte ahora que su partido puede solo, que no requiere aliarse con nadie y que en el 27 tienen con qué dar la pelea. Falso: el PRD se irá a un vergonzoso sexto o séptimo lugar, a la cola, pues, en las elecciones locales de ese año. Eso sí, quizá le alcance para arañar los votos necesarios para acceder de rebote y por la puerta de atrás, a alguna diputación plurinominal. No más. Y como no habrá más, eso explica la lucha encarnizada por controlar lo poco que le queda de vida al partido, entre Ocampo y Brisa Arroyo, con Saucedo como tercera en discordia. A eso ha quedado reducido el otrora partido “grande”: a pepenar sobras de otros partidos. X@jaimelopezmtz

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